Romo y su Racing son así
El estilo conservador de dirigir que tiene el entrenador del Racing es discutido en el racinguismo, incluso tras victorias como la de Irún. Pero va colíder
Ya lo debían saber
Cuando Víctor Alonso, el encargado para todo que tiene Alfredo Pérez en el Racing, convenció a sus jefes para fichar a su amigo Guillermo Fernández Romo como entrenador del primer equipo, se supone que ya les advirtió del estilo de técnico que fichaban. Conservador, convencido de que él puede influir más en el área propia que en la rival, más preocupado de anular al contrario que de construir, más de prosa que de verso. Y está siendo absolutamente coherente con su idea del fútbol. Es el Racing de Romo y logra, además, que todos los partidos se jueguen a lo que él quiere. Igualados, pastosos, con poco riesgo y mucha paciencia y confiando que los suyos de arriba, que sabe que son muy buenos, tengan un par de ellas y salga cara. Y tiene al equipo colíder. El gato es negro, pero caza ratones. Por cierto, ahora nos rasgamos las vestiduras, pero técnicos tan o más amarrateguis que él han sido idolatrados en El Sardinero: Maguregui, Yosu, Irureta, Paco Fernández... También cazaban ratones. Sobre todo en su área.
Un 9 que vale 10
Cedric lleva cuatro goles y tres asistencias en diez partidos. Muy buenos números, sobre todo para un delantero centro al que no le llegan tantas a lo largo del partido. Pero siempre suma. Ayer, sin ir más lejos, le faltó finura en un par de controles que le podrían haber permitido marcar, pero estuvo sensacional sabiendo descargar el balón al que llegaba de cara. Lo hizo ya nada más empezar brindando una ocasión sensacional a Bustos y luego, al final, en vez de estar frustrado tras 80' bregando en solitario, tuvo la capacidad de ver a Bustos y Harper mejor situados que él para marcar. Hay quien puede recordar una que no quiso abrir a Soko en un dos contra el portero, pero eso es anécdota: la realidad es que es un gran delantero centro que, cosa rara en esa demarcación, no es nada egoista. Una de esas perlas que se encontró Romo en Santander.