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INGLATERRA

"Si fuera racista declarado, los patrocinadores huirían, parece que sí pueden vivir con la homofobia"

Los patrocinadores del Newcastle hacen oídos sordos a las acusaciones del colectivo LGTBI de apoyar la diversidad pero asociarse con propietarios homofóbicos.

El Príncipe de Arabia Saudita, Mohammed Bin Salman, en un fotomontaje.

La compra del Newcastle por parte de un Fondo de Inversión Público liderado por Arabia Saudita ha traído grandes sumas de dinero para invertir en el club, pero también la suspicacia de quienes ven el en capital de este país árabe una amenaza para la lucha de los valores por la igualdad y contra la homofobia.

Según desvela el diario británico Mirror, los patrocinadores del Newcastle están en el punto de mira. Son acusados de hacer "la vista gorda" ante la homofobia sobre la adquisición del club liderada por este país musulmán. La mayoría evita hablar del tema. Sí lo ha hecho, sin embargo, Bey Jackson, cofundador de LGB Alliance, la única empresa de las que colabora con el club inglés que ha ofrecido una respuesta cuando se le preguntó si se sentían cómodos al estar estrechamente alineados con el régimen saudí.

"Casi todas las empresas en estos días se cuidan de pulir sus credenciales ambientales, sociales y de gobernanza. Pero cuando hacen la vista gorda ante la homofobia, se burlan de cualquier pretensión de ser buenos ciudadanos corporativos. Si un club fuera propiedad de un racista declarado, los patrocinadores se irían en masa. Parece que las empresas que patrocinan clubes con inversores homofóbicos creen que sí pueden vivir con la homofobia", dijo Bey Jackson, cofundador de LGB Alliance.

El Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudita (PIF), presidido por el Príncipe Heredero Mohammed Bin Salman, ahora posee el 80% del club, y el resto se divide entre RB Sports & Media y PCP Capital Partners.

Los grupos de campaña de gays y lesbianas han calificado de "hipócritas" a empresas como Carling y Pulman Volkswagen por afirmar que apoyan la diversidad, pero han acabado asociándose con un club que ha recibido una "afluencia de efectivo salpicado de sangre". Señalan que Bin Salman es también el líder político de un país que criminaliza a la comunidad LGBTQ y donde la intimidad entre personas del mismo sexo puede ser castigada con la muerte.

Arabia Saudita se ha enfrentado a críticas durante mucho tiempo por los derechos de las mujeres, que no pudieron entrar a los estadios deportivos hasta 2018 y solo este año se les permitió vivir solas sin el permiso de un tutor masculino.

La semana pasada, el Newcastle fue uno de los muchos que elogiaron al futbolista australiano Josh Cavallo por convertirse en el primer futbolista masculino abiertamente homosexual. "Un mensaje poderoso e inspirador", escribió el club en Twitter. 'El fútbol es para todos. El Newcastle United está contigo, Josh. Muchas personas LGBTQ acusaron al club de hipocresía al ver tal mensaje en el contexto de su propiedad saudí.

El Newcastle se enfrentará más acusaciones el próximo mes cuando participe en la campaña Rainbow Laces (lazos arcoirís) en apoyo a la diversidad.