Llorente, a medio camino entre Bilbao, Rincón y San Sebastián
El nuevo y flamante fichaje del Eibar se quiso ir del Athletic a ganar títulos a la Juventus. En Bilbao nunca se entendió su ambición y todavía le pasa factura. Ipurua verá sus goles.
Todavía circula por las redes una famosa foto en un conocido restaurante del monte Artxanda de Bilbao en la que se inmortalizaban en una mesa del reservado Ander Herrera, Fernando Amorebieta, Javi Martínez, Iker Muniain y Fernando Llorente. Sólo el mediapunta de La Txantrea sigue en el Athletic, el resto fue desfilando o mediante abono de sus elevadas cláusulas (Herrera y Javi Martínez), por falta de acuerdo (Amorebieta), o porque se quería ir a ganar títulos a la Juventus, en el caso de Llorente, nuevo y flamante fichaje del Eibar. En Bilbao nunca se entendió su ambición y todavía le pasa factura.
Ahora, Floris, como le llamaban cariñosamente sus compañeros en Lezama, regresa a medio camino entre su pueblo, Rincón de Soto (La Rioja), su Bilbao de adopción, y San Sebastián, la ciudad natal de su mujer. Ingredientes más que suficientes para que Llorente se vuelva a sentir importante tras no brillar en su último periplo en Italia. Gaizka Garitano y Patxi Ferreira, que le conocen al dedillo y ya lo quisieron para el Athletic, logran su objetivo de firmar a un ariete de referencia, con Fran Sol y Franchu lesionados de larga duración.
Hace unos meses, en la pasada ventana de invierno, Rafa Alkorta lo quiso reclutar para San Mamés, pero no hubo forma de consensuar pareceres ante la fractura social que se monta en el entorno rojiblanco cada vez que sale a colación la figura del internacional español. En el recuerdo, su captación siendo un niño por parte de Amorrortu, su foto con Caparrós enseñándole conceptos en ataque, y sus goles como león, los mismos que espera anotar en el estadio de Ipurua. El Eibar será todavía más conocido con Llorente en sus filas.
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