Diminuto ante los grandes
Desde la marcha de Valverde, con quien el Barça goleó varias veces al Madrid, el conjunto azulgrana se ha mostrado impotente ante los mejores.
El mejor síntoma de, primero la decadencia, y luego el proceso de reconstrucción que vive el Barça, son sus resultados contra los grandes. Desde que marchó Ernesto Valverde, el último técnico capaz de ganar al Madrid en repetidas ocasiones (0-3 en el Bernabéu en su primera temporada y 5-1 en el Camp Nou; 0-3 y 0-1 en el Bernabéu en la temporada 2018-19), el club azulgrana no ha ganado un solo Clásico, ni ningún partido a ninguno de los poderosos del continente exceptuando el 0-2 contra la Juventus la temporada pasada con Koeman. Valverde tuvo los tropiezos del Olímpico y Anfield, pero le ganó partidos a la misma Juve, Manchester United, Tottenham, Chelsea Liverpool... Para muchos, sin embargo, profundos desconocedores de lo que sucedía en el vestuario, aquello no era suficiente. Hoy, esta es la realidad del Barça.
Con Quique Setién, la cosa ya fue mal. Derrota en el Clásico (2-0), empate ante el Atlético (2-2) y desastre en Lisboa contra el Bayern (2-8). Y con Koeman, la cosa no ha mejorado. Con Messi y sin Messi. La temporada pasada, el Barça perdió sus dos enfrentamientos contra el Madrid (1-3 y 2-1), uno de los dos contra el Atlético (1-0 y 0-0) y en Europa volvió a ser zarandeado en el Camp Nou: 0-3 contra la Juventus y 1-4 contra el PSG. Esta temporada, la cosa no ha empezado mejor: derrota ante Bayern (0-3), Benfica (3-0), Atlético (2-0) y Real Madrid (1-2). Un balance demoledor que simboliza bien la bajada de nivel del equipo en los partidos de altísima exigencia, si bien esta vez contra el Madrid no fue tan inferior como la temporada pasada. El único que dejó un mensaje de esperanza al final del partido fue Ronald Koeman: "Estamos más cerca de ganar un partido grande". Pero para eso, al holandés todavía le hace falta remar mucho.