Weah, el hijo del Balón de Oro que aún no ha heredado el gol
El atacante suma su 3ª campaña en Lille, donde no ha alcanzado la titularidad y le cuesta ver puerta bastante más que a su padre George. Lleva 5 tantos en 50 partidos.
La sombra del tremendo George Weah ya pesó demasiado en la carrera de George Weah Jr, retirado tras una carrera que prometía pero que deambuló por filiales y equipos de cuarta y quinta fila. Ahora parece planear también sobre la cabeza de otro de los hijos del Rey liberiano, Timothy Tarpeh Weah, que después de debutar en Primera con el PSG, tenía poco más de 18 años, vive ya su tercera temporada en el Lille. 10 millones pagaron Los Mastines al equipo parisino en la confianza de que Weah heredaría al menos la mitad de las virtudes del que hasta la fecha ha sido único Balón de Oro africano en la historia (1995), su progenitor, que ahora ejerce como presidente de Liberia. De momento, no posee la vitola de titular, no parece que Timothy vaya a salir esta noche de inicio ante el Sevilla.
Curiosamente, pues nació en Brooklyn (Nueva York) en 2000, Weah Jr. tiene más de estadounidense que de liberiano. Juega de hecho con la selección norteamericana absoluta desde poco después de alcanzar la mayoría de edad. Sólo ha anotado un gol como internacional, hace ya tres años y medio, ante Bolivia.
George metió 268 tantos de profesional en clubes, durante 528 partidos oficiales. Más extremo que delantero centro, aunque también actúa frecuentemente en la punta de ataque, la facilidad ante la portería no cuenta todavía como una de las virtudes del nuevo Weah. No se estrenó todavía este año con el Lille (sí ha dado dos asistencias) en 10 actuaciones, en verdad la mayoría de ellas como suplente. En los 50 duelos oficiales que suma con su actual club, Timothy apenas ha visto puerta en cinco ocasiones, casi las mismas que en Escocia (cuatro goles) durante la segunda mitad de la 19-20, cuando jugó cedido 17 partidos en el Celtic de Glasgow. Aquello le valió para ganarse el traspaso a su equipo actual.
Y poder estrenarse en la Champions, competición que su padre George jugó pero no pudo levantar con el Milán ni con el PSG, aunque en el equipo francés sí alcanzaría las semifinales en 1995, lo que en buena parte le valió para lograr el Balón de Oro. "Estoy muy ilusionado de jugar esta competición, que es increíble. Mi padre me ha dado ya muchos consejos", afirmó Timothy antes de debutar en la segunda jornada (había estado lesionado), con una derrota 2-1 ante el Salzburgo. Esta noche, el Sevilla le brinda otra oportunidad de mostrarle al mundo que puede parecerse a su progenitor.