Las victorias espejo del Real Valladolid
El conjunto blanquivioleta ha clavado el resultado en los cuatro triunfos conseguidos en lo que va de temporada.
El Real Valladolid volvió en Butarque a empujar a la victoria al salón de los espejos, de donde salió la cuarta de la temporada con un resultado idéntico a los anteriores, un 0-2 poco vistoso, por lo menos hasta que Kike Pérez y Anuar le metieron 'rock and roll' al partido, y que guardó alguna semejanza más que el resultado con varios de los triunfos anteriores, aunque evidenciase también diferencias no solo con ellos, sino también con el ideal de juego de Pacheta.
Como contra el Zaragoza, ante el Leganés quizás al Pucela le faltó brillo y, al menos hasta que se adelantó en el marcador, si no hasta la segunda parte, también dominio. Si los maños tuvieron un tramo del primer periodo en el que debieron marcar, los pepineros también rondaron la portería de Roberto, a quien Gaku exigió hacer una gran estirada con un disparo exterior, hasta el punto de enrarecer las sensaciones que se venían cosechando.
Como sucedió frente al Lugo, sin embargo, durante el segundo tiempo los de Pacheta tiraron de oficio, algo a lo que en el Anxo Carro estuvieron exigidos por verse en inferioridad numérica tras la injusta expulsión de Shon Weissman, goleador en ambas ocasiones. El ariete hebreo estuvo algo inconexo en ambos partidos, pero demostró en los dos su olfato de cara a puerta, siendo ambos encuentros, si no típicos de Segunda, sí de esos a resolver con los galones.
Porque el Real Valladolid no va a ganar ningún día con el escudo, y como prueba, está aquel día en el que lo quiso hacer con una bandera que no le pertenecía, si bien, al ser un grande de la categoría, hay victorias que casi se le deben exigir, como ante el Alcorcón. De los cuatro triunfos, fue aquel el logrado con menos dificultades y mayor estética, pudiendo haberlo resuelto con un marcador más abultado, quizás como este domingo.
Y es que si bien los blanquivioletas tuvieron las aproximaciones suficientes como para sentenciar antes o como para conseguir un resultado mayor, lo cierto es que la exhibición de pegada se quedó a medias en Butarque, ya que ese buen último cuarto de encuentro, en el que el Real Valladolid transitó con peligro, no llevó a término contragolpes como el conducido por Anuar, a quien la zaga le cerró líneas de pase concluyendo la acción con un disparo.
No obstante, y a pesar de algún desajuste a la espalda de los laterales en el primer tiempo, el conjunto de Pacheta volvió a dejar la portería a cero por cuarta ocasión, un número que ha de ser creciente con el paso de las jornadas y que denota una defensa ya asentada con el dibujo actual... e incluso apta para un 'Plan B' como el esgrimido en Leganés, donde, como en Girona, el equipo se plantó en bloque medio-bajo, esta vez sin errores incidentes en el resultado.