Más control y poco brillo en el nuevo Getafe
Quique pobó el campo con cinco centrocampistas que otorgaron seguridad al equipo, pero generó muy poco peligro.
La primera versión del Getafe de Quique Sánchez Flores respondió a los patrones esperados. Ya avisó el técnico que los equipos "se construyen desde atrás" y la consecuencia fue la primera portería a cero de la temporada. Sin embargo, no se puede considerar que los azulones fuesen un equipo muy defensivo. Más bien un equipo con exceso de centrocampistas, lo que provocó mucho control. Algunas de las claves que pueden ayudar a comprenderlo mejor y atisbar lo que se viene serían estas:
Defensa de cuatro: El técnico madrileño recuperó la tradicional defensa de cuatro en zona. Djené y Cuenca toman la delantera como centrales titulares, posición que no variará demasiado si no cometen errores. Olivera está muy solo en la izquierda y la apuesta por la experiencia de Damián veremos si tiene continuidad.
Centrocampismo: Lo que mejor define la apuesta inicial de Quique. Construir a través del balón. Siempre le ha gustado juntar hombres por dentro, también en sus anteriores etapas en el Coliseum. Ante la situación de extrema necesidad del equipo, llevó esa apuesta al límite con cinco medios centros en el once. La rebajará, pero el control del juego es clave.
Competitividad: Como suele suceder con la llegada de un nuevo entrenador, la plantilla se activa y crece la competencia. Hay dos nombres propios de la primera prueba. Macías, fichaje recomendado por Míchel que ni siquiera viajó y Nyom, que debutó por fin después de ocho jornadas en blanco.
Falta gol: Es el mal endémico del Getafe desde la temporada pasada, en la que ya fue el equipo menos goleador de LaLiga. Este año ha marcado tres goles en nueve partidos y en el Ciutat de Valencia apenas tuvo dos oportunidades para marcar. Mucho trabajo por delante para que vuelvan las celebraciones.