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SANSE-OVIEDO

“Nunca hubiéramos soñado pasar de jugar en el pasillo de casa a enfrentarnos como profesionales”

Los hermanos Sangalli se enfrentan por primera vez este domingo. Marco juega por fin en Anoeta con el Oviedo, Luca es el ‘veterano’ del Sanse.

Marco y Luca, con Odriozola, en medio

Con apenas cinco años jugaban, rompían jarrones y tenían todo tipo de piques en el pasillo de su casa familiar. Veinte años después se verán las caras como profesionales en el Reale Arena. Marco es el hermano mayor, tiene 29 años y visita Anoeta con el Real Oviedo. Y Luca es el menor con 26 años, y es algo así como el ‘veterano’ de la Real Sociedad B. No hay duda, la familia Sangalli-Fuentes vivirá este domingo uno de sus momentos más especiales. Marco y Luca, se enfrentan por primera vez en el fútbol profesional. Una familia como mucho arraigo txuri-urdin, porque son sobrinos de Miguel Fuentes, el histórico lateral derecho de la Real que llegó a jugar casi 500 partidos con el primer equipo y que luego llegó a ser presidente del club donostiarra. “Es algo increíble, pasar de jugar juntos a fútbol en el pasillo de casa durante toda la vida a jugar en un campo como profesionales será muy emotivo, es algo que no nos lo hubiéramos imaginado ni en nuestros mejores sueños”, explica Marco, el hermano mayor de los Sangalli, visiblemente emocionado al Diario AS.

Como es normal, la familia vive con mucha intensidad esta semana tan especial. Una familia lógicamente muy realista, pero que en esta ocasión tiene un poco el corazón dividido, porque desde que hace cuatro años Marco Sangalli firmó por el Real Oviedo, también son de forma inevitable un poco del equipo ovetense. El grupo de WhatsApp de la familia echa humo esta semana. “Totalmente”, dice lanzando una sonora carcajada Marco al otro lado del teléfono. “Toda la familia, también la de parte de mi padre. Una tía mía estaba cosiendo una camiseta con mitad del Oviedo y mitad de la Real. Y ya les dije el otro día, que a ver con quien iban, si con la Real o con el Oviedo. Y me dijeron en broma que una parte con cada equipo. Está claro que irán orgullosos a ver el partido, ellos son de la Real de toda la vida, somos una familia que una u otra manera siempre hemos tenido mucho sentimiento realista y con mucho arraigo. Y el sentimiento ese es imposible perderlo. Pero espero que si marco también se alegren por mi”, dice sonriendo el mayor de los Sangalli.

¿Y qué se dicen entre los hermanos en esta semana tan especial? “Pues me gustaría saberlo, pero Luca no me coge el teléfono”, dice Marco riendo. ¿Qué dices?, le repreguntamos. “Le llamé tres veces el otro día y le dejé un mensaje, pero no me respondió y no me leyó lo que le mandé. A ver si ahora con esta entrevista se da por aludido”, contesta entre risas. “No, debe ser que entre los entrenamientos, los estudios y cuidar de su perrita no tiene tiempo para su hermano mayor. Es verdad que está muy liado. Tendremos tiempo de vernos y darnos sobre el césped en el partido del domingo. Yo siempre he pensando que sobre el terreno de juego no hay amigos, pero hermanos no se, lo comprobaremos el domingo”, remata bromeando Marco.

La conexión entre los dos hermanos es muy grande. Siempre han jugado juntos a fútbol, aunque los tres años de diferencia que se llevan les han impedido coincidir en algún equipo de la Real Sociedad, pero sí estuvieron juntos en Zubieta. Marco se tuvo que marchar hace ocho años de la Real, después de pasar por todas las categorías inferiores y llegar al filial, donde ya no encontró sitio en el primer equipo. Alcorcón primero y ahora Real Oviedo han sido sus destinos para buscarse la vida en el mundo del fútbol. Su hermano Luca sí que llegó al primer equipo, pero no lo ha tenido nada fácil, por culpa de una enfermedad (sufrió un ictus) y después de las lesiones. Eso le llevó al club, tras un año sin poder jugar, a proponerle jugar en el filial para reengancharse al fútbol. “Desde que llegó al primer equipo ha tenido muchas dificultades, en el mejor momento que estaba le ocurrió la enfermedad que es algo que no puedes controlar. Fue algo duro y me encantó poder dedicarle un gol en un momento tan complicado para él. A partir de ahí tuvo problemas de rodilla y la rotura del rotuliano y eso le ha lastrado mucho. Pero debe estar orgulloso de que puede seguir jugando al fútbol. Y ahora está en el filial para volver a coger el tono al fútbol”, explica Marco.

Para el mayor de los Sangalli será, además, un partido doblemente especial, porque desde que se marchó de la Real no ha jugado contra ningún equipo txuri-urdin en partido oficial, y no ha pisado tampoco en el Reale Arena. “Llevo ocho años en Segunda y poder volver a jugar en casa por fin en Donostia, donde no he jugado nunca, es algo muy bonito para mi, la verdad. Y jugar en el Reale Arena con el campazo que nos han dejado en la Real, es algo increíble y será algo muy especial para mi. Porque todos los que estamos en Zubieta soñamos con llegar a jugar en la Real, pero no todos los consiguen, así que salir fuera, que es más complicado y poder desenvolverte gracias a toda esa educación que te dan en la Real es importante y demuestra que podemos salir adelante”, explica Marco.