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BARCELONA

"Cuando me llamaron pensé: 'Me da igual lo que me paguen"

Sergio Agüero ha concedido una entrevista en El País que habla de Messi, de su fichaje por el Barça, de Pep Guardiola, de su infancia...

"Cuando me llamaron pensé: 'Me da igual lo que me paguen"

Sergio Agüero ha concedido una entrevista en El País que habla de Messi, de su fichaje por el Barça, de Pep Guardiola, de su infancia... El delantero argentino aclara algunas situaciones que ha vivido en su carrera, como la salida de su compatriota hacia el París Saint Germain.

Fichaje por el Barça: "No me arrepiento. Vamos a ser sinceros. ¿Qué jugador no quiere estar en el Barça? Yo te diría que a la mayoría de los futbolistas les gustaría vestir esta camiseta, por más que el Barça esté bien o mal. Llegué con la expectativa de jugar con Leo y de que se armara un buen equipo, que era lo que el club trataba de hacer. Cuando me llamaron pensé: “Me da igual lo que me paguen. Me pongo bien y voy a ayudar al equipo en lo que más pueda”.

El adiós de Messi al Barcelona: "Fue un momento de shock. Él estaba muy mal. Cuando me enteré no lo podía creer. Ese sábado lo fui a ver a su casa. Y, por mi personalidad, como no le veía bien, intentaba hacer que se olvidara de lo que había pasado. Veía que estaba medio apagado y lo intentaba distraer. Le contaba de mi equipo de Esports. Y las cosas que estábamos haciendo".

Messi y Cristiano: "La diferencia es futbolística. Ese talento viene de fábrica. Cristiano es más delantero que Leo. Y lo que tiene es que como todo goleador, es que cuando está con confianza hace goles, goles y goles".

Relación con Pep: "Nunca tuve problemas con Guardiola. Jamás discutí con él. Sí tuvimos que aclarar cosas. Cuando llegó, como no nos conocíamos, tuvimos una etapa un poco de tanteo. Los últimos tres años fueron fantásticos. Nada que decir. Es un entrenador que siempre quiere el máximo. Si tiene una idea de partido en la cabeza la hace. Le da lo mismo si tiene que dejar fuera del equipo al que había marcado tres goles en los últimos partidos. Le da lo mismo el nombre del jugador. Salvo que sea Messi. Siempre acepté cuando me tocó jugar y cuando no. Gabriel Jesús, nada más aterrizar en Mánchester, empezó a jugar de titular. No dije nada".

Su primer regalo, un balón: "La pedí para Reyes. Había que esperar un año para cada regalo. Yo siempre jugaba con la pelota de mis amigos. El problema que teníamos en el potrero era que atrás de uno de los arcos había una palmera. Y si tirabas la pelota ahí, se pinchaba. Era catastrófico. Yo a mi pelota la cuidaba. Era pillo. Elegía a los buenos para jugar. Los malos la tiraban siempre a la palmera".

Su última visita a Villa, su barrio: "Tenía 16 años. Cuando pregunté por los chicos con los que me juntaba, uno estaba muerto, el otro preso, a otro lo buscaba la policía. Chicos de 15 años. Todavía mantengo contacto con algunos de mis amigos. Seguimos hablando, más de 20 años después".

Oportunidad en el fútbol: "Tenés que tener talento, sí. Y suerte. Mucha suerte. Necesitás a alguien que te ayude. Yo tenía a mi viejo. Él conocía una persona que trabajaba en Independiente. Y todos los años le iba a romper las pelotas para que me hicieran una prueba. Si no hubiese sido por él, no hubiese llegado. He hablado con otros chicos, como Carlos Tévez, y todos vivieron una situación similar".

Cambio de colegio: "Cuando pasé a Independiente, el club me mandó a un colegio privado. Tenía 12 años. En el privado estaban haciendo divisiones de tres cifras y yo en el público hacía de una. Imagínese la diferencia. No estaba capacitado para estar ahí. Y me empecé a sentir mal. No me sentía cómodo ni libre. Quería volver a mi lugar, en el que la maestra me entendía. Es una lástima que eso pase. Es una lástima que se tenga que recurrir a colegios privados".

Padres exigentes: "Los dos, a mi mamá también. Pero a mi viejo le pregunté por qué me rompía tanto las pelotas. Siempre me decía que jugaba mal. Hasta el día de hoy".