EL PROTAGONISTA DE LA JORNADA 9
Manu Barreiro, el héroe centenario del Lugo que sigue goleando
Ahora, cien partidos después, nadie se atreve a dudar de que la parcela de nueve del Lugo tiene dueño. Se lo ha ganado a base de goles.
Durante varias temporadas, Manu Barreiro estuvo en las quinielas para fichar por el CD Lugo. Mientras goleaba con el Racing de Ferrol en Segunda B, cuando buscó fortuna en el Alavés o se ganaba galones de favorito de la afición en el Nàstic de Tarragona. Sin embargo, no fue hasta el mercado invernal de la temporada 2018-19 cuando se enfundó por fin la albivermella. Entonces hubo quien se atrevió a opinar que ese fichaje llegaba tres años tarde, que ya no era aquel Barreiro que recordaba en gestos a Van Nistelrooy. Pero Gandalf dice en El Señor De Los Anillos que un mago nunca llega pronto ni tarde sino cuando se lo propone y así llegó Barreiro al Lugo, cuando se lo propuso y cuando más necesario iba a ser.
Ahora, cien partidos después, nadie se atreve a dudar de que la parcela de nueve del Lugo tiene dueño. Se lo ha ganado a base de goles (24 en dos temporadas y media) pero no solo por ellos. También por mostrar un trabajo defensivo al nivel de cualquier defensa cuando otros atacantes torcerían el morro, por dejarse la piel en cada partido peleando a veces solo contra toda una línea de zagueros y, sobre todo, habiéndose mimetizado con la filosofía del Lugo hasta convertirse en un capitán sin brazalete, un veterano al que todos escuchan, el complemento perfecto para los eternos Pita y Seoane.
Pero los goles también cuentan, claro. Y esos 24 tantos lo ponen a tiro de siete de Cristian Herrera, que con 31 es el máximo goleador histórico del Lugo en Segunda. Goles que han valido empates, victorias, puntos e incluso permanencias como la de la pasada campaña, rubricada contra todo pronóstico en Vallecas con un tanto de penalti. Una suerte, la de las penas máximas, que ha elevado al arte en su forma de ejecutarlas y que ha valido que Lugoslavia, la web de contenidos albivermellos, crease una estampita en su honor: "San Manuel Barreiro, patrón dos penaltis".
Incluso su llegada a los cien partidos con el Lugo tuvo que ser fiel al carácter de Barreiro. Lesionado en el partido anterior, trabajó a destajo para llegar a la cita frente al Girona. Lo hizo sobre la bocina, empezando desde el banquillo y teniendo que infiltrarse para salir en el minuto 68. Solo tardó 18 minutos en marcar el tanto de la victoria. Barullo en el área, control y disparo en un abrir y cerrar de ojos. La celebración, yéndose a la grada a darle un beso a su hijo, fue sin duda el mejor regalo que podía tener. Y, sin embargo, no se enteró hasta que se le dijo en la zona mixta de que ese partido era su centenario en el Lugo. Pocos actos resumen mejor a Manu Barreiro, un hombre normal que ha llegado al Lugo para vestirse de héroe. Son cien partidos, y los que le quedan.