Más allá de la preparación de partidos, el diseño del once y la elección del sistema de juego, lo que salva al entrenador del Racing es tener a Pablo Torre
Romo tiene mucha suerte. No porque le favorezcan errores arbitrales o su equipo meta goles de churro que determinen los partidos. No es el caso. Su fortuna es que tiene a Pablo Torre, un futbolista que él solo encuentra la manera de desatascar partidos (el pase con el exterior a Cedric ante el Tudelano o la delicia del domingo a la cabeza de Borja Domínguez). Tener pablostorres a su disposición sería el sueño de la mayoría de los colegas de Romo y él se lo encontró en La Abericia. Para su suerte. Y para la nuestra. "Tenemos que disfrutarle, porque a lo mejor, más pronto de lo que imaginamos, no lo tenemos. Es un lujo", dijo el sábado en sala de prensa. Sin duda, lo clavó. No tanto cuando dijo que "no solo le estamos poniendo, sino que estamos construyendo alrededor para que sea importante", porque: 1) solo faltaba que no le estuviera poniendo (hace un año, con 17, fue titular desde la jornada 1 con Rozada y ya desatacaba partidos desde la jornada 2, en Lezama); y 2) mucho más tendría que construir para que no tuviera Pablo que hacer y deshacer repliegues de 60 metros en cada jugada. A lo mejor así le veía para jugar 90' algun día.
¿Y si los laterales no solo defendieran?
Y bastante..., si lo hacen bien, pensarán muchos. Tal vez tengan razón, pero en el fútbol moderno y más para un equipo superior en su estadio, el comodín del lateral llegando a la línea de fondo es fundamental para abrir la lata y en el Racing hace muchos partidos que los laterales raramente pisan el campo contrario. Unai Medina empezó la temporada atacando mejor que defendiendo y de repente dejó de hacerlo y por la izquierda juega un central. Es más, el domingo Romo dispuso que durante una hora el Racing jugara con cuatro centrales (Jorrín y Satrústegui lo son hasta morfológicamente hablando). Difícil que ataquen si no lo llevan en el ADN y más si a eso añadimos que los extremos no abandonan la raya de cal en la construcción del juego, aunque sí lo hacen muy bien los dos, Soko y Bustos, para ir al remate por el segundo palo. Ceballos es otro perfil, lateral ofensivo de serie: ¿le tocará jugar en Avilés?