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REAL ZARAGOZA

Fallece Luis Belló, doble campeón con los ‘Magníficos’

El histórico jugador (1950-54) y entrenador (1963-64) del Real Zaragoza ha muerto a los 92 años afectado de Alzheimer. Ganó la Copa de Ferias y la Copa del Generalísimo de 1964.

Zaragoza
Luis Belló sujeta en el Pilar el trofeo de la Copa del Generalísimo de 1964 junto al capellán Juan Antonio Gracia.

Luto en el Real Zaragoza. Luis Belló, jugador en la década de los 50 y el entrenador que dirigió a los ‘Magníficos’ en sus dos primeros títulos, la Copa de Ferias y la Copa del Generalísimo de 1964, ha fallecido hoy a los 92 años en la capital aragonesa. Deportista nato y multidisciplinar hasta que hace dos años enfermó de Alzheimer –jugó hasta muy mayor al tenis y acudía a nadar casi todos los días a la piscina cubierta del Stadium Casablanca-, se ha ido otro grande de la historia del club aragonés, uno de los cuatro técnicos bicampeones, junto a Víctor Fernández, Luis Costa y Víctor Muñoz, y uno de los dos con conquista europea.

Luis Belló Martínez nació en Cieza (Murcia) el 7 de enero de 1929. Interior y medio volante, hizo sus primeras armas en el fútbol con 14 años en el equipo del Frente de Juventudes de su localidad natal antes de pasar al Cieza aficionado y en 1946-47 a la primera plantilla, de donde saltó una temporada después al Albacete. Espigado, elegante, veloz, muy técnico y creativo, y con notables registros goleadores llamó enseguida la atención del Murcia, del Sevilla y también del Barcelona, pero el que consiguió su fichaje en el verano de 1948 fue el Zaragoza, con el que firmó por dos años, a razón de 100.000 pesetas (600 euros) anuales, la misma cantidad que le ofrecieron con insistencia desde Las Corts. El club aragonés, entonces en Segunda División, no tuvo que pagar ningún traspaso al Albacete, porque Luisito Belló, de 20 años, acababa contrato y la Federación Española de Fútbol había eliminado temporalmente el derecho de retención. En su decisión de recalar en Torrero tuvo que ver también el hecho de que su hermano mayor Paco, Belló I para el fútbol, llevara dos años ocupando el extremo izquierdo de la delantera zaragocista y acabara de renovar por una campaña.

Belló II se convirtió desde el primer día en titular indiscutible del Zaragoza, con el que logró ascender a Primera División el 8 de julio de 1951, junto a los mundialistas en Brasil 50 Gonzalvo II y Hernández, las máximas figuras del equipo conocido como los ‘Millonarios’, el segundo que tuvo apelativo tras el de los ‘Alifantes’. En sus cinco años en el Real Zaragoza, Luisito Belló disputó 130 partidos oficiales y logró 34 goles, pero ninguno tan recordado como el que le marcó al Atlético de Bilbao, entonces tan grande como el Barcelona o el Real Madrid, el 20 de abril de 1952, en los dieciseisavos de final de la Copa, y que completó una de las mayores gestas del Zaragoza en su historia, al golear a los ‘leones de San Mamés’ por 4-0 y remontar el 3-0 de la ida en Bilbao. Belló firmó precisamente el cuarto gol, al recibir un balón muy largo del extremo Pitarch, superar al central rojiblanco Garay en velocidad y elevar preciso a la red sobre la salida desesperada del portero Lezama. Para miles de zaragocistas, la mayoría ya fallecidos, aquel fue el partido de sus vidas. Y hasta las exhibiciones y títulos de los ‘Magníficos’ no hubo una victoria tan emblemática como el 4-0 al entonces llamado Atlético de Bilbao. Y Luis Belló fue su gran protagonista. “Estuve todo el segundo tiempo pensando en que iba a marcar un gol así”, dijo emocionado al acabar el encuentro.

Luis Belló, durante su etapa como jugador.
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Luis Belló, durante su etapa como jugador.ÁNGEL AZNAR

Sobre aquel partido dejó escrito Miguel Gay en ‘Heraldo de Aragón’: “El Zaragoza hizo un fútbol que nadie esperaba ni nadie había visto. Lo maravilloso fue la perfecta conjunción de sus líneas y el brío de su ataque. Los goles fueron todos magníficos, especialmente excelentes los de Noguera y Belló. Este último puede decirse que fue de artesanía”.

Por su parte, Tomás Gasca, ‘ZAS’, apuntó en el desaparecido ‘El Noticiero’: “El campo hervía. De las gradas salían humo y pañuelos. Belló había metido el cuarto gol. Los chicos bebían agua. Tres jugadores del Atlético discutían con el árbitro, a la desesperada, y pedían córner como quien pide árnica. Habían pasado tres minutos del tiempo, y la gente, en el colmo del entusiasmo, gritaba desaforadamente: “¡La hora!”, como si estuvieran vendiendo periódicos en la calle”.

En 1953 el Zaragoza acabó en Segunda y arruinado, casi al borde de la desaparición, y el nuevo presidente Cesáreo Alierta acometió sin contemplaciones un verdadero plan de choque para levantar al club de sus cenizas. Y ese plan pasaba por reducir los salarios más elevados, como los de Gonzalvo II (200.000 pesetas / 1.200 euros), Pío (150.000 pesetas / 900 euros) y Belló II (150.000 pesetas / 900 euros). El 13 de abril de 1954, Luisito Belló rescindió amistosamente su contrato con el Zaragoza, perdonando una importante cantidad, y firmó por el Atlético de Madrid. Luego continuaría su carrera en el Hércules (1954-57), el Alicante (1957-58) y el Cieza, de Tercera División (1958-59).

Regresó a Zaragoza, donde se había casado, y, después de jugar el curso 1959-60 en el Amistad, de Tercera División, colgó las botas con 31 años y, tras obtener el título de entrenador regional, inició en la campaña 1961-62 su carrera en los banquillos en el Alcañiz. Dos años después y ya con el título nacional en el bolsillo, el gran presidente Waldo Marco lo rescató para el Real Zaragoza y pasó a formar parte de la secretaría técnica, especialmente encargado de captar jóvenes promesas. Pero con el campeonato de Liga 1963-64 finalizado –en cuarta posición- y tras el partido de vuelta de los dieciseisavos de final de la Copa frente al Mallorca (2-2), el público de La Romareda, cada vez más exigente, despidió al equipo aragonés con una enorme pañolada por su pésima actuación, pese a la clasificación para la siguiente ronda, y la directiva decidió el 12 de mayo de 1964 la destitución del entrenador Antonio Ramallets, impopular entre los jugadores y la afición, y su relevo accidental por Luis Belló, porque se tenía ya firmado al argentino Roque Olsen para la siguiente campaña. “A ver si podemos terminar airosamente la temporada, sin hacer más el ridículo”, le animó Waldo Marco a Belló.

Luis Belló, junto a Santamaría y al secretario general Julián Díaz, nada más derrotar al Valencia en la final de la Copa de Ferias de 1964.
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Luis Belló, junto a Santamaría y al secretario general Julián Díaz, nada más derrotar al Valencia en la final de la Copa de Ferias de 1964.

Pero el fútbol es impredecible y en menos de un mes lo que parecía un triste final de curso se transformó en una doble apoteosis. En apenas 12 días, el Real Zaragoza, en una comunión perfecta entre Luis Belló y sus jugadores, conquistó los dos primeros títulos de su historia. El 24 de junio de 1964, tres días después de que España ganara su primera Eurocopa de Naciones con el célebre gol de cabeza de Marcelino a la URSS, se adjudicó la Copa de Ferias, al derrotar en la final en el Camp Nou al Valencia por 2-1, con goles de Villa y Marcelino, y el 5 de julio ganó su primera Copa del Generalísimo, al vencer en la final en el Santiago Bernabéu al Atlético de Madrid también por 2-1, con goles de Lapetra y Villa. Luisito Belló volvió a la secretaría técnica del club, pero, además de ser el primero en ganar un título –en este caso, dos-, fue el técnico que acabó de implantar el 4-3-3 en el Zaragoza, cuando hasta el Mundial de Inglaterra 66 el resto de equipos españoles siguieron ordenándose en 4-2-4, y el que le dio la titularidad a Santos por encima del brasileño Duca, acabando de consolidar la célebre delantera de los ‘Cinco Magníficos’.

En el verano de 1965, Belló recibió una jugosa oferta del Hércules e hizo las maletas con destino a Alicante para proseguir su carrera de entrenador. Llegó y besó el santo, al subir al Hércules a Primera División, y de allí fue saltando con menos fortuna por el Betis (1966-67), el Castellón (1967-68), el Murcia (1968-69), el Pontevedra (1969-70) y el Cartagena (1972-73), donde concluyó su etapa en los banquillos con sólo 44 años.

Desde AS nos unimos a las condolencias por su fallecimiento. Descanse en paz Luis Belló Martínez, gloria eterna del Real Zaragoza.