"Nada más llegar al Madrid te das cuenta de su grandeza"
David Fernández trabajó cuatro años en el departamento de captación del Real Madrid y, anteriormente, 15 en el Espanyol. Reflexiona sobre la cantera en AS.
David Fernández empezó en el Prebenjamín del Espanyol en 2002 entrenando a Óscar Melendo y Aarón Martín, dos jugadores de Primera. Permaneció 15 años en Sant Adrià, un clásico de los banquillos de la base de la etapa de Josep Manel Casanova y la posterior. En 2017, tras los cambios en la cantera y en la dirección del club, se marchó y a los pocos meses ya tenía trabajo en el departamento de captación del Real Madrid. Cuatro años más en Valdebebas. Un "transatlántico" que le ha hecho ganar todavía más conocimiento.
Usted pasó cuatro años en la cantera del Real Madrid en el departamento de captación. ¿Qué balance hace de esa etapa?
La valoración es muy buena. Cuando llegas al Real Madrid te das cuenta de la grandeza del club. De cómo es la gente, de los recursos que tiene y de toda la historia que te explica su gente. He trabajado con personas anónimas e ídolos, y el trato de ambos es increíble. Trabajé de cerca con Raúl y Xabi Alonso, por ejemplo, y es un privilegio.
¿Hay madera en Raúl?
Raúl es el Madrid. Cogió un cadete, un juvenil y el Castilla y los impregnó de su espíritu: esos equipos funcionaron y funcionan. Conoce todo y se interesa por los jugadores. Y hace algo que está desapareciendo en la sociedad que es conjugar la exigencia con el cariño. Es lo que él era como jugador. Él hace que los chicos tengan hábitos que les harán ser mejores.
¿Xabi Alonso tenía otro perfil?
Son diferentes. Y eso ya es una virtud de la cantera del Real Madrid, que tuviese a dos referentes con virtudes distintas. El año de infantil se implicó y los chicos jugaron muy bien. Ambos serán dos muy buenos entrenadores, cada uno con su estilo.
¿Hay algún otro técnico o dirigente que le impresionara?
Ramón Martínez. Me enseñó lo que es el Madrid: señorío, educación o cómo manejar los tiempos. A veces cuando abordábamos un fichaje y él bajaba a hablar con las familias, con solo dos frases ya quedaban impresionados. ¡Qué tío! Me trató con cariño y me dio mucha confianza.
¿Le recuerda a lo que vivió con Casanova en el Espanyol?
Sí, totalmente. Estas figuras se están perdiendo. Sólo su presencia, suma. Casanova, Martínez, Pablo Blanco en el Sevilla... Su saber estar, su experiencia y su nivel hacen que el club ascienda y gane prestigio. Lo tienen todo y siempre hay que respetar y escuchar a la gente con ese nivel y con su edad.
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Después de 15 años en el Espanyol, conoce bien la cantera del Barça. ¿Qué diferencias existe con la del Real Madrid?
Cada cantera tiene una historia y una identidad. El Madrid es la cantera más prolífica, así lo dicen los números. A veces la diferencia es poner a los jugadores, no solo tenerlos. Son modelos diferentes, no tienen que envidiarse. Las canteras sirven para tener activos y para que lleguen jugadores al primer equipo.
Habla de que la clave es poner a los canteranos, no solo tenerlos. ¿A qué se refiere?
Todos los equipos que han hecho grandes cosas tenían canteranos.Te dan identidad.
En el Espanyol hablan de acelerar los procesos. ¿Qué opina de esta idea?
El acelerar procesos queda muy bonito pero debe ir cargado de mucha responsabilidad. Puedes quemar al jugador. Para ello el jugador debe demostrar primero, debe aprender la meritocracia. Hasta cadetes y juveniles deben jugar en su edad. Puedes inflar al entorno si tomas una decisión precipitada.
Hay excepciones, Ansu Fati, por ejemplo.
Hay muchas, sí. Ansu Fati es un ejemplo, hay otros, pero la excepción confirma la regla. Acelerar los procesos pero en su justa medida. El jugador ya "tirará la puerta abajo" para avanzar respecto a su edad.
¿El Madrid, por ejemplo, tiene controlado a cualquier niño que destaque?
Los que nos dedicábamos en España conocíamos todo de todos los sitios. Éramos 41 observadores en toda España. La orden siempre fue tener a los mejores, haciendo especial hincapié en los de la Comunidad de Madrid. El mérito es fichar jugadores locales, porque son los que más fácil tienen todas sus circunstancias para llegar.
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¿Hubo algún jugador ahora que se les escapara?
Siempre hay. A los buenos nos los rifamos todo. Los jugadores tienen un entorno, unos intereses, y está la familia. Detrás de cada jugador hay una historia. Yo no descubro a nadie, tomo decisiones. Descubrió Newton. Nosotros decidimos en función de nuestra capacidad de verlo y de los medios que tenemos.
Ya que nos hemos adentrado de lleno en debates sobre el fútbol base. ¿Considera que las canteras deben tener un modelo de juego único en sus equipos?
Creo que no. Es importante que el club tenga una idea, pero no una misma manera de jugar. No he conocido dos personas iguales, así que no debe haber dos equipos iguales. Es más importante la identidad de club. Los equipos del Espanyol se caracterizaban por ser verticales, competitivos... Y los del Barcelona por ocupar los espacios y por la manera de progresar. Pero eso es una utopía que da trabajo a mucha gente. Creo que es al revés. Hay que sacar lo mejor de cada jugador mediante una idea colectiva. Aunque los buenos jugadores se adaptan a todo.
¿Qué imagen tiene la cantera del Espanyol en Madrid?
El Espanyol es muy querido y todos respetan su cantera. En Madrid siempre se consideró un club amigo, siempre hubo conciliación y respeto en las operaciones que hicimos.
¿Qué debería hacer para crecer como otros clubes de ciudades importantes?
El Espanyol debería ser el Atlético. El fútbol saldría beneficado. Pero el Espanyol se sobrepone a todo. En mis 15 años en el club hubo 48 jugadores que se marcharon. No protesto por ello, lo acepto, y eso nos debe hacer mejores. Pero el Espanyol debe dejar de quejarse, tener su identidad, hacer su trabajo y pensar en grande. En Madrid son más abiertos en todos los sentidos, hay espacio para todos, tanto para Atlético, Getafe, Rayo... Aquí no y resultaría muy bueno para el futbol catalán
¿Cuántos jugadores ficharon del Atlético?
Ninguno, hay un pacto de no agresión entre directivas. Aquí es impensable. No hay mal que por bien no venga. Lo importante es tener gente que quiera estar.
¿Ese es el camino para construir un mejor Espanyol?
El Espanyol necesita estabilidad, dejarse de amiguismos y tener a los mejores. Hay gente preparada que siente el club. Hay que pensar en grande. El Sevilla bajó a Segunda y encontró un camino. Vender futbolistas es una manera de crecer. Viví años en los que muchas personas buscaron solo su promoción personal.
Antes de su marcha, formó talentos. Uno de ellos, Nico Melamed.
Cuando se fue Adrià Bernabé al Barcelona, lo firmamos del Cornellà. Pero no vino uno por otro, sino que vino porque era bueno, ojalá hubiera tenido a los dos. Siempre ha estado focalizado en rendir y ser mejor. Tiene pausa y determinacíon en la finalización. Eso tiene mucho valor.
Puado es otro icono.
Tengo predilección. Siempre creí en él pero hay un punto de inflexión en mi opinión, que es la lesión. Estuve muy cerca de él, en ese momento. Tal y como le vi afrontar esa lesión (de rodilla), pensé que iba a ser futbolista seguro. No se saltó ni una sesión, se quería curar, demostró una entereza brutal.
¿Por qué se fue del Espanyol?
Mi marcha fue voluntaria. Empecé en 2002 con los prebenjamines, con Melendo, Aarón, Pol Lozano... Acabé de coordinador, pasando por todas las categorías. No quiero decir nada porque señalaría a personas, pero decidí irme. No me pareció bien lo que pasó. Respeto las trayectorias y la meritocracia, creo que si eso se respeta todo funciona mejor. Pero hay ciclos. No pueden ir los intereses personales por encima de los del club
¿Y qué hace ahora?
Estoy descansando. Si tengo la posibilidad de escoger quiero trabajar con gente que me estimule. Quiero motivarme mucho o poder formar un equipo y relanzar un proyecto. La cantera es muy importante, es lo más productivo y el proceso más rentable.