Suárez apuntilla a Koeman
Los tantos del uruguayo y de Lemar en la primera parte hunden aun más al conjunto de Koeman. Gran partido de João Félix. El Barça apenas generó peligro.
Lo que Koeman no imaginó, cuando hace poco más de un año levantó ese teléfono, es que, quizá, uno de sus últimos tiros en el Barça se lo descerrajaría aquel a quien llamaba, aquel que ya no le valía. Sus botas, decía, ya viejas, gastadas, amortizadas. Esas, las mismas, que ayer, cuando asomaba el descanso en el Metropolitano firmaban en sangre y pólvora la enésima muesca en el derrumbe de Koeman (aunque Laporta amaneciera confirmándolo, quizá por la falta de dinero y sustituto). El 2-0 del Atleti. Podrían decirle karma. Se llama Luis Suárez.
No le había curado aún la profunda herida en Lisboa y al descanso del Metropolitano ya tenía dos balas más Koeman, obligado a mirar desde el palco (por sanción) su obra. Un Barça que juega rodeado de dudas, nervios y tufo a crisantemos. Y eso que saltó al partido pintado al gusto del presidente, con un 4-2-3-1. Barça en tono Levante, sin experimentos. Con velocidad, posesión y jóvenes como Gavi, a la izquierda, corriendo hacia el futuro para desvanecer el negro presente. Pero, si comenzó como sabe, como se reconoce, secta del balón, no era profundo. Y mascar y mascar, sin profundidad ni ocasiones, sólo deja el juego como un chicle sin sabor. Y todo esto ya estaba en los planes del Cholo. Dejarles la posesión y matarles a la contra, a picotazos. Los llevaban todos en las botas João Félix y Lemar.
Con su titularidad, la de ambos, junto a Suárez, lastimó con facilidad el Atleti toda la inocencia culé. João y Lemar convirtieron la hierba del Metropolitano en un laberinto de espejos en el que introducían a Araujo, Piqué y Mingueza para transformarles en conos. Los dos fichajes más caros de la historia del Atleti, al fin, funcionando. Después de tantas dudas, pitos, de tantos grises. En el día en el que el Metropolitano se llenaba de nuevo, que rugía con casi todas sus gargantas, 60.594 a la vez, año y medio después. Ambos tienen la cabeza rápida y el pie del artista. Su partido fue una clase magistral de cómo asociarse y buscar espacios. Entre los dos apretaron aún más la mortaja de Koeman.
Fue Lemar el que disparó primero. Ese futbolista con el que, Simeone, en este año y medio del público lejos, hizo lo de Lázaro: "Levántate y anda". Lo que antes eran silbidos, ayer fue todo aplauso cuando corría a la grada con el escudo latiendo en la mano y el goool. Había intervenido Lucho, claro, que ya había olido la sangre. Cómo Araújo y Piqué temblaban cada vez que se acercaba João, con esos controles que parecían regates. La jugada nació en el portugués, impecable conducción, Suárez se la pidió con un abrir de brazos para ponerle el balón de primeras a Lemar, ejecutor. 1-0.
Se revolvió el Barça. Lo intentó por dos veces. Primero con un disparo desde la frontal de Coutinho que se fue fuera milímetros. Después con un balón servido por Memphis a un De Jong que no llegó en boca de gol, también por milímetros. El Barça se iba fundiendo en la noche, en su irremediable destino hacia la nada. Sólo Gavi le ponía ímpetu, pero jugaba demasiado solo. Apaciguada toda la electricidad culé de inicio por Lemar, apagada definitivamente por ese gol al descanso. El descerrajado por Suárez, que, mientras pedía perdón, quién sabe qué rugiría en su cabeza. Aquella llamada.
Nada cambiaría después
Nada cambiaría en la segunda parte: esa triste foto de un Barça superado en lo individual y colectivo, en el verde y la pizarra. Si se apretó atrás, delante sólo tuvo una ocasión. Fue de Coutinho ante un Oblak que alzó sus guantes con el semáforo en rojo. Lo buscaban los de Koeman a balón parado, con Ansu Fati, pero parece que se le han olvidado todos los caminos que llevan al gol. Plano arriba, sin desmarques ni rupturas, sin ideas. El Atleti resistió y aguantó. Entraron Correa y Griezmann al partido, se fue João. Y los minutos fueron pasando llenos de nada salvo eso: el Cholo otra vez con casi todo su público. Brazos en molinillo. Más alta la voz.
El partido lo había ganado en los primeros 45'. La firma de un epitafio. El de un Koeman que seguirá en pie pero ya está muerto. Por Luis Suárez. Poco más de un año después de que fuera al revés.
- 13 Oblak
- 2 Giménez
- 22 Mario Hermoso (80')
- 15 Savic
- 14 Marcos Llorente
- 11 Lemar
- 21 Carrasco (80')
- 6 Koke
- 5 De Paul (45')
- 7 João Félix (71')
- 9 Luis Suárez (71')
- Banquillo
- 23 Trippier (45')
- 16 Héctor Herrera
- 12 Renan Augusto (80') SC
- 24 Vrsaljko
- 8 Griezmann (71')
- 17 Ivan Saponjic
- 18 Felipe Monteiro (80') SC
- 10 Correa (71')
- 1 Lecomte
- 1 Ter Stegen
- 2 Sergiño Dest (85')
- 22 Óscar Mingueza (74') -
- 3 Piqué -
- 4 Ronald Araújo -
- 5 Busquets
- 21 Frenkie De Jong
- 30 Gavi (74')
- 14 Coutinho (63')
- 28 Nico González (45')
- 9 Depay
- Banquillo
- 18 Alba
- 6 Riqui Puig (74')
- 15 Clement Lenglet (85') SC
- 26 Iñaki Peña
- 13 Neto
- 20 Sergi Roberto (45')
- 10 Ansu Fati (63')
- 23 Umtiti
- 17 Luuk de Jong (74') -
- 11 Yusuf Demir
- 24 Eric Garcia