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ATLÉTICO DE MADRID-BARCELONA

Luis Suárez y Griezmann, un duelo con cuentas pendientes

El uruguayo tiene muchas ganas después de su salida del Barcelona. Tampoco el francés tuvo una buena despedida. Fin a las malas rachas en Milán.

Antoine Griezmann y Luis Suárez.
Soccrates ImagesGetty Images

EI partido ante el Barcelona no es uno más para Luis Suárez y Griezmann. “Creo en el karma, el destino. El que te desprecien, porque no me olvido de que el año pasado en la pretemporada me mandaban a entrenar aparte para hacer que me enoje y como lo dijo el entrenador y yo fui un profesional, iba a entrenar todos los días sin una mala cara. Porque es lo que me toca, porque soy así y el destino tendrá el final que deberá tener”, indicaba el uruguayo en la previa al partido. No se olvida del escaso trato que tuvo con el neerlandés y ese karma es el que puede llevarle a ser el verdugo de un técnico cuyo futuro parece lejos del club blaugrana.

Suárez se marchó por la puerta de atrás del club al que dio goles y más goles durante cinco temporadas seguidas, hasta convertirse en el tercer máximo goleador histórico del Barcelona, conquistando su segunda Bota de Oro en el equipo blaugrana. Pero en el Atlético ha demostrado que todavía había mucho fútbol en sus botas y se ha ido reivindicando con más tantos fundamentales, el último para derrotar al Milan en San Siro y acabar con su pesadilla fuera de casa en Champions. La temporada pasada no pudo jugar en el Wanda Metropolitano tras dar positivo en coronavirus con su selección y después de no conseguir ver puerta en el Camp Nou, promete no tener piedad de su amigo Ter Stegen. Suárez tratará de volver a dejar patente por todos los medios que Koeman se equivocó despidiéndole de aquella manera, con una corta llamada telefónica y apartándole del equipo siguiendo las directrices de Bartomeu.

También quiere decir su última palaba un Griezmann que aparentemente comenzará desde el banquillo. El francés dejó el Atlético en el verano de 2019 como una gran estrella para enrolarse en el Barcelona de Messi y Suárez. Ya no queda ninguno. Su regreso, en el último minuto del mercado, dejó el mensaje de que el club blaugrana se había quitado un peso de encima. Y Griezmann, que tendrá minutos, saldrá con los ojos inyectados en sangre para demostrar que es mejor futbolista del que pudo verse en el Camp Nou. Su gol al Milan fue una liberación y con la afición de nuevo de su parte, también quiere ser partícipe del que puede ser el último partido de Koeman como técnico del Barça.