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GRUPO E | BENFICA 3 - BARCELONA 0

Aprobados y suspensos del Barça: ni Fati se salva del desastre

Despropósito mayúsculo de los blaugrana, que escenifican el epitafio de Koeman de la peor de las maneras en la Champions League.

Aprobados y suspensos del Barça: ni Fati se salva del desastre
JOAN M. BASCUDIARIO AS

Así fue la actuación de los jugadores del Barcelona en la derrota (3-0) ante el Benfica, en Lisboa.

Ter Stegen. Superado en todos los sentidos. Su imagen saliendo a la desesperada casi hasta al mediocampo y sin poder cortar el balón, que estuvo cerca Darwin de marcar, enviando el balón al poste, es el paradigma de la impotencia y el grado de caos que vive el equipo.

Eric. El primer gol es culpa suya. Excesivamente blando a la hora de marcar a Darwin, le dejó un pasillo abierto para que el uruguayo entrara a placer. Con partidos así uno empieza a atisbar porque el City tampoco se puso las manos a la cabeza cuando se fue. Acabó expulsado. No es la primera vez.

Piqué. Poco más de treinta minutos aguantó sobre el campo. Koeman se temía que la segunda amarilla estaba más cerca que lejos y decidió sustituirlo. De hecho, el árbitro le perdonó la expulsión en una falta muy arriesgada. El central catalán marchó del campo con cara de circunstancias. Seguramente nunca había vivido algo similar en su carrera profesional, al menos desde que está en el Barcelona.

Araújo. Que un jugador de su carácter y ambición no diera una a derechas es un claro signo de que la culpa va más allá de los jugadores. El desconcierto táctico del equipo fue guiñolesco.

Sergi Roberto. Lleva muchos años apareciendo en la foto de todas las derrotas y humillaciones en la Champions. Habría que preguntarse si es tan necesaria su renovación, aunque sea a la baja. Es un jugador totalmente intrascendente, que aporta sacrificio pero poco más. Y en el Barça eso es claramente deficitario.

Sergio Busquets. Cuando le aprietan, su brújula se desorienta. El de Badía si no se asocia con comodidad, empieza a tener serios problemas para encontrar compañeros y dar continuidad en el juego. Está claro que la edad no perdona, ni a los mejores.

Frenkie de Jong. El holandés no está fino, pero también es verdad que Koeman le ha desquiciado. Tras el cambio de Piqué, se pasó el resto del partido jugando de tercer central, una posición donde no pudo aportar absolutamente nada al equipo.

Pedri. En la primera parte fue el único que parecía tener las ideas claras, filtrando pases entre líneas y asociándose con sus compañeros. Pero tras el descanso, se contagió de la mediocridad general y acabó absolutamente diluido.

Dest. Si ya tiene altibajos cuando juega en la banda derecha, en la izquierda se multiplica su irregularidad. Es un jugador la mayoría de veces previsibles y cuando quiere ser imprevisible comete errores infantiles.

Luuk de Jong. No es un delantero para el Barcelona. Ha fallado goles que ni un párvulo, prácticamente a portería vacía. Verlo en el once titular del Barça hace daño a la vista y en el campo ya no digamos. Estamos ante un Prince Boateng en potencia.

Memphis. No se puede aspirar que el mejor jugador del Olympique de Lyon sea la referencia en ataque. Puede ser un buen socio en ataque, pero no el líder. Tiene muchas carencias y peca en exceso de individualismo. O le das unas mejores cartas o va camino de convertirse en un delantero más.

Sustituciones

Gavi. Que un jugador de su talento no pueda explotarlo debidamente no es culpa suya, es de un entrenador que ha demostrado que le viene grande este equipo. El sevillano salió en el minuto treinta de la primera parte, demostrando claramente que la pizarra de Koeman era desastrosa.

Fati. Ni un jugador con su nivel fue capaz de arreglar el desaguisado táctico del holandés. Jugó treinta minutos.

Coutinho. Se paseó por el estadio Da Luz. Sólo le faltó firmar autógrafos.

Nico. Salir en un momento de máximo caos no es el mejor escenario para un jugador ordenado y aseado.

Mingueza. Salió por Sergi Roberto. Tardó 89 minutos Koeman en darse cuenta que el de Reus no aportaba nada en la banda derecha.