El inicio del Getafe está entre los peores de la historia.
El equipo volvió al trabajo con Mííchel al frente, muchas dudas y nervios. Sólo tres equipos habían perdido antes los siete primeros partidos.
Sin tiempo para desconectar, el Getafe regresó el lunes al trabajo para recuperar y hacer terapia. Míchel al mando y todas las dudas del mundo en torno a su continuidad. A pesar de la confianza demostrada por Ángel Torres, ciertas situaciones pueden tornarse insostenibles y si el técnico continúa esta semana el domingo ya no habrá margen de error. Nunca antes el Getafe había empezado tan mal una Liga, pero es que la derrota del Villamarín hace que los azulones sean el cuarto equipo que arranca un campeonato con siete derrotas. Racing de Santander, Zaragoza y Extremadura, todos ellos en el siglo XX, empezaron igual y acabaron descendiendo. El Zaragoza de la temporada 1952-53 perdió un octavo, algo que tratará de evitar el Getafe el domingo en el Coliseum ante la Real.
Mientras Míchel prepara el partido consciente, como hombre de fútbol que es, de que su puesto está en el alambre, los fisios y recuperadores trabajan a destajo para recuperar futbolistas. No parece grave lo que sucedió a Maksimovic, que se marchó mareado del Villamarín y Aleñá estará de vuelta tras cumplir sanción. El centro del campo será reconocible. Sandro ya disputó unos minutos el domingo. El siguiente que puede reaparecer es Vitolo, pero todas las precauciones son pocas con el canario que ha empezado con el mal pie el curso. Arambarri y Jankto aún deberán esperar.
Lo deportivo es lo importante, pero todas las miradas están ahora puestas en Ángel Torres. Sólo él sabe lo que deparará el futuro de su banquillo. Sólo él decidirá si dar otra oportunidad a un técnico con el que el equipo ha alternado muy buenos minutos ante equipos grandes con decepciones sonadas ante los más cercanos.