La encrucijada de Quico Catalán
La racha de resultados del Levante requiere de un análisis profundo sobre sus causas por parte de un presidente que desde que llegó al club en 2009 solo ha despedido a tres entrenadores.
El Levante ha comenzado la temporada a contrapié. Lleva seis partidos sin conocer la victoria, sumando 4 puntos de 18 en juego. Sus números y la derrota en el último partido se tradujeron en protestas de sus aficionados. Y cuando un estadio se queja, en los palcos se frunce el ceño y sus banquillo tiemblan. El Ciutat de València despidió a los suyos entre silbidos tras la derrota contra el Celta, un partido que se resolvió con los goles Iago Aspas y Brais, que se aprovecharon de sendos errores de Rober Pier y Vezo, y en el que Dituro detuvo un penalti a Roger con 0-1, un delantero que con 0-0 erró una ocasión aún más clara que la pena máxima.
Ahora el Levante visitará el domingo la casa del que antaño era su dentista, el Barcelona, y una semana después visitará al Mallorca de su querido Luis García. Quienes empiezan a poner en entredicho la continuidad de Paco López (el club no lo hace), hablan de estos dos partidos, que son los que tiene el Levante por delante antes del parón de octubre, como los comodines que le quedan al técnico de Silla para reconducir la situación. En el fútbol mandan los resultados y no hay entrenador, por más que sienta el escudo desde niño, que se mantenga en el cargo cuando las victorias no llegan. Pero el Levante, Quico Catalán, presidente para todo en el club, tiene que hacer un análisis profundo y profesional de las causas de la situación deportiva.
Quico Catalán, que solo ha despedido a tres de los ocho entrenadores que han dirigido al equipo desde que llegó al club en 2009 (Mendilibar, Lucas Alcaraz y Muñiz), respaldó públicamente hace solo una semana a Paco López. “Tiene el respaldo máximo por parte de este club. Que nadie ponga en duda nada de eso, porque lo tiene. Quien diga lo contrario, miente. Como estas y peores que estas, Paco López ya ha vivido en este club. Que nadie ponga en duda a Paco López. La confianza en Paco y en esta plantilla es máxima”, dijo un presidente que no es de los que cambian de opinión de un día para otro.
El contexto de los despidos de Mendilibar, Alcaraz y Muñiz
Atendiendo a las palabras de Quico y sus precedentes con otros entrenadores, hoy no hay caso Paco. A Mendilibar y Lucas Alcaraz les despidió en octubre de 2014 y 2015 respectivamente, con el equipo en puestos de descensos y tras sendas goleadas; Mendilibar tras un 0-5 contra el Real Madrid (había sumado 5 puntos de 24 y había encajado 20 goles en ocho partidos), a Lucas Alcaraz tras un 0-4 contra la Real Sociedad (6 puntos de 27 y 19 goles encajados en nueve partidos). En el caso de Muñiz, la decisión no se tomó hasta marzo, cuando el club empezó a temer por el descenso y se encomendó la labor de salvarlo a Paco López.
Las sensaciones que hoy transmite el Levante son diferentes a las de los años en los que se tomaron decisiones drásticas. Entre el discurso de Quico Catalán y el presente solo han acontecido dos partidos en los que el Levante fue superior al Elche (1-1) y otro en el que el Celta transformó en gol sus dos únicos disparos a portería, que vinieron precedidos de errores individuales de Rober Pier y Vezo. Paco López, en sus cuatro años en el cargo, ha demostrado que nunca fue el problema sino la solución en rachas negativas de resultados como la actual, que evidentemente escuece en el vestuario, donde están tocados, aunque no hundidos: “No estamos bloqueados”, enfatizó el capitán Morales.
Quizás en contra de Paco López está jugando el tiempo que lleva en el cargo. El de Silla es el segundo entrenador más longevo de la Liga en un mismo banquillo. Solo el Cholo Simeone le supera. El roce hace el cariño, pero cuando vienen mal dadas también potencia el hartazgo. Dentro y fuera del vestuario. Pero esa puede ser una razón para no prolongar la relación en verano, antes de iniciar otro proyecto (Paco López acaba contrato en junio), pero no sirve como premisa para hacerlo a mitad de temporada.
A estas alturas de curso, en cualquier club, a la hora de tomar decisiones sobre un relevo en el banquillo, influyen otros parámetros como son los resultados, sensaciones y el sentir del vestuario. Los resultados están ahí (se puede dar la circunstancia de que Paco López llegue al parón con menos puntos que en su día Mendilibar), pero también las sensaciones (Morales tuvo la victoria en un mano a mano contra el Cádiz y Cantero el 4-2 contra el Real Madrid).
Respecto al vestuario, Quico Catalán, que lleva tiempo en el fútbol, tiene que distinguir entre el grano y la paja, saber si lo que hay es un mero malestar entre los que juegan menos (en una plantilla de 27, con tres laterales derechos y hasta nueve centrocampistas, son muchos los que no lo hacen cada semana, pero ahí la mirada debe dirigirse a la planificación) o si hay síntomas de que los pesos pesados están perdiendo la fe en la figura de un entrenador como Paco López, que de 145 partidos con el Levante ha ganado 51, ha empatado 39 y ha perdido 55 y que ha llevado al club a su segunda etapa más prolongada en Primera División (quinta temporada seguidas).