De Cuéllar a Villar, la transición tranquila en la portería del Leganés
En medio año el Leganés ha pasado de jugar con el intocable Cuéllar, a darle la alternativa a Villar, con Riesgo como bisagra. Relevos con una actitud “ejemplar” de todos los implicados
Iván Villar (24 años) debutó el pasado sábado con el Leganés. El portero gallego, cedido por el Celta de Vigo (sin opción de compra) jugó de inicio ante el Amorebieta. Su participación fue decisiva, con una parada clave a Orozko que en el minuto 11 bien pudo suponer el 0-1. Un disparo duro, a bocajarro dentro del área, ante el que el guardarredes se mostró felino y eficaz, acorde con las expectativas que de él ponen en Butarque. El club lo fichó con la seguridad de que sería el potencial titular de una meta que hasta ahora ocupaba Riesgo (37 años)
Precisamente esa expectativa de cambio, esa sentencia adelantada relevo en la portería, ha dado normalidad a un cambio de guardia nada disruptivo pese a ser el de los porteros un oficio especial, siempre llamado a levantar más ruido que cualquier otro puesto. Los protagonistas, insiste Garitano, han puesto de su parte. Iván Villar y Asier Riesgo han sido “ejemplares”, en palabra de un entrenador que se deshace en elogios hacia ambos.
“El comportamiento de Iván en estas seis semanas que no ha jugado ha sido ejemplar”, destacaba el técnico de Bergara. Desde el vestuario emana la misma opinión, más teniendo en cuenta que el guardameta llegó tras ser un fijo en la meta del Celta el curso pasado (23 partidos) y de levantar la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Tokio. Pese a ello, su perfil ha sido bajo, de trabajador a la sombra para esperar una oportunidad que le ha llegado tras seis jornadas.
“Riesgo es ejemplo para muchos”
En ese relevo Garitano también quiso destacar la actitud de Riesgo. “No es fácil el cambio. Pero su reacción, al no jugar, ha sido una pasada. Un ejemplo para mucha gente”, comentó el entrenador dejando en el camino caricias para su portero y algún mensaje entre líneas para otros miembros de la plantilla sin dar más detalles de quiénes eran los destinatarios de esas reflexiones.
El caso es que es la segunda sustitución relevante en la portería de Butarque que se produce en el último medio año. La anterior fue más llamativa. Tras un mal partido en marzo ante el Fuenlabrada, después de acumular varias semanas de dudas, Garitano decidió dejar en el banco a Iván Cuéllar para que Riesgo ocupara su puesto hasta final de temporada.
Cuéllar, de las dudas al aplauso
En este caso el movimiento tuvo una profundidad tectónica mayor. Primero porque Cuéllar venía de ser intocable en los últimos cuatro años y, segundo, porque en Butarque se dudaba de cómo digeriría un rol secundario por su personalidad hipercompetitiva. Riesgo reaccionó siendo uno de los mejores del equipo en el tramo final de temporada, lo que apagó cualquier conato de malestar por parte de un Cuéllar que, al contrario de lo que incluso pensaba Garitano, se comportó con total ejemplaridad, tal y como lo definió el técnico de Bergara.
“Me ha demostrado más en este último mes que en los cuatro años que ha dado tanto. Porque ha sido un compañero y un jugador excepcional. Cosa que creo que, por su forma de ser, la gente tenía dudas en Leganés. Yo igual… sinceramente. Porque nunca se había quedado fuera. Se lo dije a él. Ha sido una pasada. Un gustazo tenerlo cuando jugaba, pero es que ahora [sin jugar] ha sido excelente. Ahí es dónde se ve cómo es el jugador de verdad”, piropeó el técnico. Ahora el panorama se repite para dibujar una transición tranquila en un puesto inquieto. Y visto lo visto, el Leganés puede estar tranquilo con el relevo. Tanto por quién ejerce de titular, como por las virtudes del suplente.