Rubi le cambia la cara al Almería
El vilasarense agita el once en Alcorcón y se ve a un cuadro rojiblanco mejor en la medular, más efectivo en el último pase y que nutre de balones a Sadiq, tres de las premisas prepartido.
El 0-4 que logró anoche el Almería en Santo Domingo no fue una casualidad, sino más bien una causalidad de la buena lectura del partido que realizó Rubi, lavando la mala imagen que su equipo dejó la semana anterior en El Toralín. La UDA fue un muñeco en tierras bercianas y un ciclón en Alcorcón, por mucho que el vilasarense hable de escalas grises entre el blanco y el negro. Si donde hay que hablar es en el terreno de juego, el Almería lo logró, cumpliendo con tres de las premisas prepartido: mejorar el nivel en la sala de máquinas, ser más efectivos en el último pase y nutrir de balones a un Umar Sadiq, que, con cuatro tantos, se alza lo más alto de la tabla de goleadores.
Rubi agitó el árbol para buscar nuevos frutos y la jugada le salió bien. El vilasarense realizó cuatro modificaciones respecto al once de Ponferrada: Pozo, Centelles, De la Hoz y Portillo. El ex del Sevilla de estrenó como titular ocupando el puesto del lesionado Buñuel y cuajó una notable actuación. Cumplió como lateral y en su primera jugada como extremo materializó el cuarto gol al rematar de primeras una asistencia de Robertone. En la recta final del partido dejó una acción que ejemplariza lo que es Pozo: bajó hasta les inmediaciones del área propia, recuperó la posesión para su equipo y acabó la jugada pisando área rival. Su gran físico y sus conceptos tácticos (interpreta a las mil maravillas cuándo incorporarse) auguran que entra al once para quedarse.
Otra novedad fue la de Centelles, que tuvo sus primeros minutos de la temporada por molestias de última hora de Akieme. El valenciano perdió algunos duelos en defensa dentro del área, debiendo apretar más si quiere tener más minutos. De la Hoz, por su parte, entró por Curro Sánchez, colocándose el cántabro como mediocentro posicional. Ahí ejerció de ancla, una ayuda constante para la zaga en el aspecto defensivo, liberando a Samu Costa, que estuvo más cómodo para presionar y abarcar más campo. No en vano, el luso pisó mucho área rival, sobre todo en el primer acto.
El equipo almeriense se hizo dueño y señor del centro del campo, destacando también Portillo, titular por primera vez este curso. El ex del Getafe partía teóricamente como extremo zurdo, aunque cuando mejor estuvo fue al ocupar pasillos interiores, filtrando mágicos pases, como el que le metió a Sadiq en el 0-2. En esa medular también rayó a buen nivel Robertone, que después de algunos partidos grises, en Alcorcón dio la de cal, multiplicándose en el plano defensivo y siendo motor en ataque (en el último gol robó el esférico y asistió a Pozo).
Lograda la premisa de mejorar la medular, el objetivo era enviar balones al hueco para un Sadiq que en Ponferrada estuvo totalmente desaparecido y anoche fue un torbellino, anotando un doblete, que pudieron ser tres si hubiese anotado la pena máxima, que entró a gol tras rebotar en Dani Giménez. La lectura fue clara: al Almería no le importó ceder por momentos el balón al Alcorcón para generar esos espacios a la espalda de la zaga alfarera. Ahí Sadiq se hinchó gracias a la mejoría en el último pase, aspecto en el que hizo mucho hincapié Rubi durante la semana, tanto en el césped como en la sala de prensa. El resultado fue un Almería arrollador de principio a fin.