La noche de la metamorfosis de Griezmann en el Atlético
El francés, necesitado de buenas noticias, recibe al Athletic, contra quien explotó en su primera etapa en el Atlético. Será el segundo juicio del Wanda Metropolitano.
El runrún alrededor de Griezmann no cesa desde su fichaje y el francés sabe que, si bien no zanjará el tema, sí le ayudará hacer un gran partido con el Atleti. Una actuación de crack. Como la que vivió hace siete años ante su rival de esta tarde, el Athletic, aunque entonces fue en Bilbao. Griezmann había llegado en verano como el fichaje estrella y no terminaba de arrancar, pero se transformó en San Mamés. En el último partido del año, fue titular y logró su primer hat-trick en Primera. Aquella noche lo cambió todo para él...
"Lo necesitaba", es el resumen de lo que dijo Griezmann aquel 21 de diciembre de 2014, y bien puede ser lo que esté pensando ahora mismo, cuando siente el rechazo de parte de la afición del Wanda Metropolitano. Ahora llega como una estrella y en aquel momento era un futbolista con mucho potencial que pagaba la novatada en el Atleti. En los primeros 15 partidos metió dos goles y alternaba en la delantera con Raúl García. En Bilbao, ante la baja de Mandzukic, ambos fueron titulares.
El Atlético, vigente campeón, perdía 1-0 al descanso y, a los 20 segundos de la reanudación, Griezmann cabeceó a la red un centro de Juanfran. En el 73' marcó a la contra tras un pase de Gabi y en el 81' cerró su triplete empujando un balón suelto. "Este es el Griezmann que necesitamos y que fuimos a buscar", celebró Simeone tras el 1-4 con el que despidieron el año y que le cambió la vida a Grizi.
A la vuelta del parón navideño, el francés ya era titular indiscutible y lo fue hasta que se marchó en 2019 al Barça. Las formas de su salida aún le persiguen y va a tener que sudar para revertir la situación actual. Esta tarde, en su segundo juicio en el Metropolitano, el Cholo medita colocarle arriba junto a Correa. "Griezmann llega justo a tiempo", fue el titular de AS para aquella crónica. Y a tiempo está, siete años después, de vivir otra catarsis como aquella.