Las vidas paralelas de Pedri y Alberto Moleiro
Tinerfeños y canteranos de Las Palmas, debutaron siendo juveniles y marcaron su primer gol casi en la misma jornada. El ojo avizor de Pepe Mel, a escena.
De un tiempo a esta parte, el primer equipo de la UD está trufado de jugadores formados en su cantera, igualmente aquellos que llegaron siendo mayores de edad, metido en el saco el acceso directo al segundo o tercer equipo amarillo. Solo esta temporada, a las órdenes de Pepe Mel están, de manera fija, lo misma da que sea con ficha profesional o no, 18 futbolistas de la casa: Valles, Alfonso, Álex Suárez, Curbelo, Coco, Cardona, Isaac, Fabio, Kirian, Jonathan Viera, Moleiro, Diego Guti, Benito, Rafa Mujica, Clau Mendes y Ale García. Eso sin contar a los pibes que van rotando entre la Ciudad Deportiva de Barranco Seco y el campo anexo al Estadio Gran Canaria.
La nueva hornada de jóvenes valores de Las Palmas cuenta con el insuperable listón de Pedri, que un año después de debutar con el Barça, 730 días más tarde de aparecer por primera vez en escena en el fútbol profesional de la mano de Las Palmas, ha disparado su precio de mercado hasta los 80 millones de euros. Sacando de la ecuación al renancentista futbolista tinerfeño, un paisano suyo aparece como la nueva cara visible del fondo de armario juvenil que habita en las categorías inferiores de la UD.
Y es que la puesta en marcha de la carrera profesional de Alberto Moleiro con la camiseta de Las Palmas también ha sido fulgurante y con tremendos paralelismos con la del propio Pedri. Ambos, con ficha del filial, pasaron a ser futbolistas del primer equipo grancanario todavía en edad juvenil, Moleiro con 17 años (cumplirá 18 el 30 de septiembre de este mismo año) y la joven estrella del Barça con 16 (cumple 19 el 25 de noviembre).
Tras una pretemporada descollante pasaron a ser futbolistas imprescindibles para Pepe Mel. A Pedri le echó al ojo tras la recomendación de Ángel López, su segundo entrenador, mientras que su apuesta por Moleiro se ha cocinado a fuego lento. “Moleiro es un futbolista en el que me he fijado mucho desde hace un par de años. Hizo la primera pretemporada con nosotros, pero necesitaba coger experiencia con los equipos de la base de Las Palmas, donde se hace un gran trabajo”, dijo el pasado viernes. Se refiere al verano de 2019, aquel en el que Pedri hizo saltar las primeras alarmas. Uno se quedó y el otro supo esperar su momento. Un sueño común compartido durante algunas semanas, ahora cada uno por su lado.
Si Pedri ya estaba en el primer equipo en solo su segunda temporada, a la tercera fue la vencida para Moleiro. Procedente del CD Sobradillo, en su primer año en la UD militó en el juvenil C. En el segundo ya pieza clave en el A, lo mismo que ahora, al menos en el camino está, en el primer equipo de Las Palmas.
Un momento que llegó desde las primeras carreras en la colina de Barranco Seco y que terminó de clarificarse en aquel stage de Marbella para, en estos momentos, ser uno de los imprescindibles de Pepe Mel. Salvo por la llamada de la selección sub-19, Moleiro ha estado presente en todas las jornadas de liga, 4 de 5, en las que ha estado disponible. Contra el Valladolid (1-1), en el inicio liguero, jugó 26 minutos tras entrar al partido en sustitución de Maikel Mesa, mientras que ya fue titular en las dos siguientes jornadas, ante Girona (0-0) y Huesca (primera victoria: 2-1).
No pudo jugar contra el Mirandés (4-2) por el mencionado compromiso internacional y el pasado sábado, contra la UD Ibiza, fue tan decisivo como el que más. En el minuto 66 entró sustituyendo a Jonathan Viera, y 180 segundos partes marcó de manera preciosa el definitivo 1-1. Casi como hizo Pedri en su día, marcó su primer gol con Las Palmas, mismo caso que como futbolista profesional, en la quinta jornada (el hoy culé lo hice en la sexta, el 19/09/2019, 1-0 al Sporting, minuto 62). De momento, en estas cinco primeras jornadas acumula 176 minutos sobre el césped y la mencionada alegría contra el equipo pitiuso
Ni que fuera una profecía, imposible tener mejor magisterio en Segunda División, los dos hicieron su aparición con los mayores bajo la protección de Jonathan Viera. Ambos centrocampistas de fina técnica y mejor pie, acaso con una madurez impropia cuando ni siquiera tienen edad para poder conducir, bien pareciera que llevan toda la vida jugando al fútbol de manera profesional, además con estilos tan similares. Uno ya lo hace en el Barça de manera estelar y el otro cuenta con suculentas ofertas. Unas vidas paralelas que amenazan con seguir conquistando espacios comunes.