El renacer de Miguel de las Cuevas
El mítico jugador de Sporting, Osasuna o Atlético es pichichi en Segunda RFEF, con cuatro goles en dos partidos. Es el líder absoluto del Córdoba.
Miguel Ángel de las Cuevas Barberá, más conocido por todos como Miguel de las Cuevas, es uno más de la ya extensa lista de futbolistas que apuestan por poner fin a su carrera deportiva en el fútbol de barro, tras años de éxito en la élite. En su día, defendió las camisetas de Hércules, Atlético de Madrid, Sporting, Osasuna o incluso el Spezia italiano. Ahora, a sus 35 años, ha bajado de categoría para defender la elástica del Córdoba. Si piensan que solo está en el sur para retirarse, se equivocan. Tras dos partidos ha demostrado ser el líder de un proyecto ganador, que aspira a meterse en la nueva y exigente Primera RFEF.
Osasuna, en Segunda División, le traspasó al Córdoba para la temporada 2018-19. Pese a su buen hacer (nueve goles y dos asistencias en Liga), su equipo no pudo salvar la categoría y descendió a Segunda B. La 19-20 fue de nuevo notable para él, con siete tantos, aunque sin el objetivo del ascenso. Ya en la pasada campaña, sufrió el mal menor: descendió de categoría al no encontrar ese ascenso a Primera RFEF. Sí, de jugar la Champions en 2009, ha pasado a la cuarta división jerárquica del fútbol español en 2021. No se le caen los anillos: está aquí para ganar.
Por el momento, es el máximo goleador de la Segunda División RFEF, con cuatro goles en los dos partidos disputados. Fue el mejor en la goleada por 1-5 al Xerez Deportivo en la cita inicial. Se llevó el balón a casa, tras adelantar a los suyos a la media hora y ser infalible desde los once metros en otras dos ocasiones. No se conformó con una primera exhibición. Ante el filial del Cádiz también vio portería y mostró su alma de líder. En una nueva pena máxima a favor de los suyos, erró ante un Juan Flere inmenso. Se rehízo y marcó el 2-1 clave unos minutos después.
Su descomunal arranque no es más que la confirmación de lo que ya prometió al final de la 20-21. En ella, marcó gol en las tres últimas citas, con lo que enlaza cinco jornadas seguidas viendo portería. Un seguro de cara a portería, llamativamente, ya que no es delantero. De hecho, está a solo dos encuentros de igualar el récord absoluto del club, cortesía de Javi Moreno en la 2006-07. De las Cuevas está aquí y en su pupila hay un mensaje grabado. Sin duda, tenía nivel para una categoría superior. No solo le honra el hecho de guardar la división para ayudar a los suyos, sino que, además, ha reducido considerablemente su salario para que su club pueda hacer frente a la crisis pandémica y a la reducción presupuestaria derivada del descenso de categoría.
Una carrera de éxitos
La historia de Miguel de las Cuevas no ha evitado los baches del camino. A sus 18 años, apuntaba a estrella. Tanto es así que el Atlético de Madrid apostó por él como gran promesa. El tiempo demostró que aún no estaba preparado para coger el timón de un buque de dimensiones tales. Finalmente, tras años de dudas, aterrizó en Gijón. De sus botas nació el primer traspiés en casa del Real Madrid de José Mourinho, que se mantuvo firme hasta el mes de abril. Era la continuación de Manolo Preciado en el campo y todo un ídolo para El Molinón. Tanto es así, que aún se recuerda con frecuencia el famoso tuit de Antón Meana en el que lo elegía por delante de Luka Modric. Pese a que el tiempo ha colocado al croata en el olimpo de la historia del fútbol, lo cierto es que en aquel momento la estrella del Sporting tenía nivel para discutir incluso a los mejores.
Llegó posteriormente a Osasuna, donde se asentó. Pese a su enorme apego por los colores, quiso probar la aventura en el extranjero con el Spezia. No tuvo una gran experiencia. Una insuficiencia cardiaca le obligó a frenar en seco su carrera, pasar por el quirófano y despedirse del balón por seis meses. Afortunadamente, se quedó en un susto y pudo seguir jugando con total normalidad. Tras regresar a Pamplona y vivir nuevas experiencias con el mando del equipo sobre el césped, se marchó al Córdoba, donde ahora continúa. Tiene 35 años, pero su hambre se mantiene intacta. Es Miguel de las Cuevas, el pichichi de Segunda RFEF y una de las almas del fútbol modesto español. Lo hizo, además, ante 6.850 espectadores, la mayor afluencia de público en un estadio no profesional este fin de semana. Por supuesto, le vitorearon. A un eterno, con todas las letras.