Desconcierto total en los servicios médicos del Barça
El club asiste estupefacto a la enésima recaída en el primer equipo. Braithwaite se une a una lista negra en la que ya figuran Fati, Coutinho, Piqué y Araújo, entre otros.
La lesión de Martin Braithwaite ha dejado un poso de honda preocupación entre los responsables del FC Barcelona. Y no solo porque el delantero podría estar entre tres a cuatro meses de baja, sino porque supone una nueva recaída en la ya larga lista de jugadores que dieron pasos atrás en sus recuperaciones, alimentando de esta manera la leyenda negra que rodea a los servicios médicos en estos dos últimos años.
El caso de Braithwaite es especialmente doloso porque implica varios errores en cadena. Y es que el jugador, que se retiró con molestias en la rodilla en el partido ante Getafe de hace dos semanas, fue sometido a pruebas, que descartaron una lesión importante (el comunicado médico se limitaba a referenciar unas “molestias”, escondiendo una teórica inflamación en el cartílago), recomendándole reposo para que el dolor remitiera. Así se lo hicieron saber a los médicos de la selección danesa, optando por un tratamiento conservador bajo la supervisión de los galenos y fisios del club.
Este sábado se decidió que el jugador saltara al campo y que hiciera parte del entrenamiento con el grupo, pero no fue hasta hoy cuando empezó a quejarse de dolores fuertes en la rodilla. A falta de confirmar el alcance de la lesión, unas simples molestias podrían acabar desembocando en un grave percance en la rótula, con un tiempo entre tres a cuatro meses de recuperación. De hecho, ni tan siquiera se descarta que el internacional danés acabe dando con sus huesos en una sala de operaciones, aunque a día de hoy parece la opción más alejada.
No hay duda que a la hora de señalar a los culpables aparecen varios actores: por un lado los médicos, al no haber sabido diagnosticar ni calibrar la lesión, permitiendo asimismo que el jugador se incorporara antes de tiempo a los entrenamientos, por otro, los fisios y preparadores físicos, por no detectar que algo no iba bien en la recuperación, y por último, el propio jugador, por sus ansias de reaparecer cuanto antes, aún sabiendo a lo mejor que la rodilla no estaba al cien por cien.
El problema principal es que llueve sobre mojado. La temporada pasada, un total de cinco jugadores del primer equipo tuvieron problemas de recaídas o diagnósticos erróneos. Los casos más graves fueron Ansu Fati y Coutinho, a los que se les diagnosticó una lesión meniscal que necesitaba pasar por el quirófano, con un pronóstico de cuatro meses. Pues bien, diez meses después, aún no han reaparecido, con varias operaciones más por en medio y recaídas a destajo.
Con Piqué hubo un error de diagnóstico inicial (no vieron que tenía el ligamento también afectado), alargándose sustancialmente el periodo de baja. El central, ante semejante tesitura, decidió acudir a médicos externos en busca de asesoramiento. Con Araújo se contabilizaron hasta tres recaídas en su tobillo izquierdo. Y en el colmo de despropósitos, aunque en este caso para bien del jugador, a Pedri le diagnosticaron una lesión en el sóleo, que podría haberle dejado unas semanas en el dique seco, pero 48 horas después ya estaba ejercitándose asintomático al tratarse simplemente de un pinzamiento en el nervio ciático.
Evidentemente, este panorama ha dejado muy ‘tocada’ la imagen de los servicios médicos del FC Barcelona, antaño referencia mundial. Una serie de errores en la gestión y toma de decisiones de esta área encabezada por Ramon Canal, junto a la marcha de médicos de la experiencia y categoría de Ricard Pruna, entre otros, ha servido para difuminar buena parte de los méritos que se habían conquistado en los últimos años.