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ESPANYOL-ATLÉTICO

1x1 del Atlético: Lemar, Lodi y Kondogbia cambian el partido

Los cambios de Simeone en el descanso devolvieron el empaque al equipo, que había comenzado desdibujado. Carrasco brilló cerca del área rival.

El once del Atlético contra el Espanyol.
ALBERT GEAREUTERS

Simeone apostó por un once altamente ofensivo, con Correa, Griezmann y Suárez formando una primera línea de presión en la delantera. Pero el equipo estuvo desdibujado en la primera mitad, con carencias en el centro del campo y Koke y Llorente desbordados en defensa y poco productivos en ataque ante un Espanyol muy cerrado. En un error defensivo llegó el gol para De Tomás, castigo para un flojo atlético.

Pero en la segunda parte llegó una versión completamente diferente. Lemar, Kondogbia y Lodi entraron en el descanso y cambiaron por completo el partido, en una versión mucho más reconocible. Se pasó a una defensa de cuatro, con Lodi en el lateral izquierdo y Llorente en el derecho, Kondogbia dando muchísima fuerza al medio y Lemar poniendo el juego entre líneas con un gran Carrasco cerca del área rival. João Félix también dio un paso adelante en su entrada por Griezmann. Premio merecidísimo para Lemar, haciendo el gol del triunfo en el minuto 99.

Oblak: A los tres minutos ya tuvo que dejar un paradón para evitar el gol de Embarba después de una indecisión con Savic. Y de nuevo volvió a actuar para despejar un disparo lejano del madrileño. De ese córner nació el gol de Raúl de Tomás. No había marcado ningún gol el Espanyol en las tres jornadas anteriores, pero en la primera mitad ya había generado tres ocasiones muy claras. La defensa rojiblanca ha comenzado la temporada cometiendo muchos más errores de los habituales atrás. En la segunda parte la zaga se serenó y apenas tuvo que actuar para sacar centros laterales y córners.

Savic: Empezó más dormido de lo habitual, cometiendo errores muy impropios en el montenegrino. No atacó el balón esperando que le llegase a Oblak y se adelantó Embarba obligando a actuar al esloveno. En un pase malo generó una ocasión muy peligrosa sobre su meta. Intentó generar peligro con envíos largos desde atrás, pero así es muy complicado hacer daño a una defensa tan cerrada. En la segunda mitad el Atlético pasó a una línea de cuatro, formando pareja con Felipe y dejando un corte fundamental a un centro de Darder. Mucho más entero pese a las dificultades de jugar con tanto campo a su espalda.

Felipe: Debutó esta temporada ya recuperado de la lesión de rodilla que sufrió durante la Copa América. Giménez, que había completado las tres primeras jornadas, llegaba después de una paliza de minutos con su selección, por lo que fue la oportunidad para el brasileño. Tiene que ir cogiendo ritmo, como es normal, pero no desentonó, ni en la línea de tres ni especialmente en la zaga con cuarto atrás, donde se siente más cómodo. Sufrió una caída muy dura, pero pudo seguir.

Hermoso: Volvía a la que fue su casa con ganas de demostrar la evolución en su juego, en ocasiones con excesivo ímpetu para subir la pelota. El Espanyol se cerraba muchísimo y los centrales se veían obligados a ser los encargados de construir las jugadas. Vio una amarilla determinante para ser el sustituido en el descanso.

Trippier: Comenzó el partido activo, buscando con sus pases interiores a Llorente al espacio, pero fue perdiendo participación y comenzó a sufrir mucho con las subidas de Pedrosa por su costado. Con el equipo desdibujado no se le pudo ver cómodo en ningún instante del partido. Simeone decidió sustituirle en el descanso para dar un vuelco a su esquema y Llorente pasó a jugar como lateral derecho.

Carrasco: Algo nervioso en la primera mitad, la variación táctica de la segunda parte le dio alas hasta ser fundamental en el triunfo. Jugando más cerca del área rival se le vio mucho más cómodo, pudiendo encarar con ventaja. Así llegó su gol, peleando un pase atrás de Lodi, ganando el contrabalón y cruzando su zurdazo. Rozó su doblete en el tiempo de descuento con un tiro que lamió el palo y combinó con Lemar de tacón para el tanto definitivo.

Carrasco puso el empate con un buen zurdazo.
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Carrasco puso el empate con un buen zurdazo.Eric AlonsoGetty Images

Koke: El capitán comenzó el partido con demasiado campo para abarcar y poca compañía en la elaboración, prácticamente con Llorente como único compañero. La entrada de Kondogbia y Lemar le liberó tanto en el trabajo defensivo como en la producción de juego desde el centro del campo. Con esa compañía pudo aparecer más veces cerca del área rival.

Llorente: Tenía la difícil misión de sostener el centro del campo junto a Koke en inferioridad numérica ante el Espanyol. Tuvo que estar muy atento para ayudar a Trippier en el costado derecho. Se le fue De Tomás en el córner que supuso el gol del delantero, superándole en la marca y anotando de cabeza. Tras el descanso se situó como lateral derecho, después de que Trippier se marchase sustituido. Puso un centro precioso para el gol de Lemar, pero con el VAR se anuló por un fuera de juego previo de Suárez. Juegue donde juegue pone intensidad y otro ritmo a todas sus jugadas.

Correa: Simeone quiso premiar su enorme nivel en el inicio de temporada situándole en el once a pesar de haber competido con su selección con menos de 60 horas de diferencia entre los dos partidos y con un viaje transoceánico entre medias. Se perfiló a la derecha, formando un frente de ataque con Griezmann y Suárez, pero no llegó a sentirse cómodo ni a entrar en juego con la constancia de los partidos anteriores. Se marchó sustituido al descanso.

Griezmann: Vuelta al Atlético y directamente al once. Intentó moverse por todo el frente de ataque, buscando su espacio y la opción de combinar con Carrasco y Suárez, pero apenas entró en juego. Se tiene que adaptar a este nuevo Atlético, con unas características muy diferentes a las de antaño. Salió sustituido por João Félix después de un debut gris.

Suárez: Pudo estar en el once pese a acabar con molestias en el partido ante el Villarreal. Buscó pivotar en la delantera, ejercer como ancla, pero tuvo muchas dificultades jugando de espaldas. El VAR dictaminó que estaba milimétricamente en fuera de juego e intervenía pese a no tocar el balón en una jugada donde Lemar había marcado el empate. Se marchó sustituido a los 70 minutos con su enfado habitual cuando sale, pero no había estado acertado.

Los cambios dieron la vuelta al partido

Lodi: Entró como lateral izquierdo, cambiando la defensa a una línea de cuatro. Se abrió mucho y buscó constantes desmarques por velocidad a la espalda del lateral rival. Participó en el gol de Carrasco con un buen pase tenso atrás que acabó aprovechando el belga. Tuvo la opción de rematar un gran pase de João Félix, pero buscó un centro tenso que a punto estuvo de rematar Cunha. Se entiende muy bien con el portugués.

Kondogbia: Su salida dio mucho empaque al centro del campo y mejoró una franja del campo donde se estaba sufriendo mucho. Puso músculo para trabajar en la recuperación y calidad en la salida, mostrándose constantemente para ser el encargado de subir la pelota con muy buenos envíos largos. También buscó el gol con disparos lejanos.

Lemar: Mucha calidad, una entrada fundamental para mejorar al Atlético con el premio final en el minuto 99 que tanto merecía. Marcó el gol del triunfo en una jugada con Carrasco cerrada con un derechazo que no pudo sacar Diego López. Ya había visto puerta, pero el VAR lo anuló por un fuera de juego previo de Suárez pese a que no tocaba la pelota. Buscó dirigir los ataques, driblar y encontrar siempre al compañero mejor situado. Pudo marcar con un zurdazo que se marchó rozando el palo.

João Félix: De vuelta al equipo ya recuperado de la operación de tobillo a la que se sometió tras la Eurocopa. Se situó perfilado a la banda derecha en busca de la remontada. Le costó participar, pero cuando lo hizo buscó romper líneas y combinar por dentro con sutileza, dejando varios grandes envíos. Se entiende muy bien con Lodi.

Cunha: Salió en el minuto 70 por Suárez para situarse como referencia arriba, como suele hacer con Brasil. Intentó poner movilidad cayendo a las bandas y estuvo a punto de rematar un gran centro de Lodi al que no llegó por milésimas.