Regresan los fantasmas
Las Palmas repitió en Anduva todos los males que le atenazaron el curso anterior. En 20 minutos encajó tantos goles como en las tres primeras jornadas.
Un esperanzador inicio de temporada se frenó en seco de la peor manera posible. Ocurre que la Unión Deportiva Las Palmas, que resolvió con garantías su particular Himalaya durante las tres primeras jornadas ligueras, con cinco puntos de nueve posibles antes cimas del calibre del Valladolid, Girona y SD Huesca, se frenó en seco, y la peor manera posible, en la cuarta fecha del calendario liguero, aquella que ayer le deparó una visita al Mirandés.
Tampoco es que le sirviera de nada el propósito de enmienda, pues la UD continúa sin conocer la victoria en Anduva por más que año tras año se proponga con firmeza, acaso con mucho más discurso que hechos, asaltar la fortaleza del Mirandés. El equipo amarillo repitió, además, los tradicionales errores defensivos que le condenan sistemáticamente a conformarse con la permanencia de la categoría.
Y eso que la formación titular que dispuso Pepe Mel ayer en Miranda repitieron ocho futbolistas que estaban en la plantilla la temporada anterior, incluido Raúl Fernández: Lemos, Benito, Sergio Ruiz, Maikel Mesa, Loiodice, Pejiño y Jesé. Nuevamente, el equipo se desangró en defensa. Ocurre que, en apenas 19 minutos, el debutante Sergio Camello le hizo a Las Palmas tantos goles, dos, como los que había encajado en el equipo grancanario durante esas tres lustrosas primeras jornadas. Al final cayeron cuatro, y bien pudo ser alguno más.
Los fantasmas de un pasado reciente regresaron con más fuerza que nunca, pues a la cantidad de goles marcados se unió la facilidad con la que el Mirandés merodeaba el área de Raúl, perdidos Navas y Ferigra, sustituidos en el descanso Lemos y Benito, absolutamente destensado el resto del equipo cuando tocaba apretar más en defensa.
De momento, Las Palmas ha encajado seis goles en cuatro partidos, a una media de 1,5 cada 90 minutos, en cualquier caso un balance negativo, pues ha marcado cinco. La temporada pasada perforaron su portería en 53 ocasiones, cifra absolutamente incompatible con cualquier aspiración mayor que, simplemente, quedarse en Segunda División.
Regalo.
Tras el deficiente partido de Anduva, el vestuario amarillo lo tenía claro. “Hemos regalado los primeros 20 minutos”, sostuvo el bigoleador Pejiño. Mientras, Maikel Mesa, uno de los capitanes, reconoció el mal estado anímico del equipo en el vestuario: “Estamos jodidos. Es un partido para olvidar; ahora mismo todo es negativo”. “Si no estás al 100% pasa lo que pasa”, dijo a modo de advertencia.
El problema, detectado y parecía que solucionado, saltó por los aires en apenas 20 minutos. Contra los fantasmas, propósito de enmienda empezando este fin de semana contra la UD Ibiza, siguiente marca de este feroz calendario.