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REAL MADRID

Así juega Camavinga: calidad, desborde y trabajo

El centrocampista ha fichado este martes por el conjunto blanco. Es un mediocentro con mucha calidad para batir líneas y destaca también en las tareas defensivas.

Así juega Camavinga: calidad, desborde y trabajo
STEPHANE MAHEREUTERS

De forma sorprendente, Eduardo Camavinga se ha convertido este martes en nuevo jugador del Real Madrid. El mediocentro del Rennes ha firmado por una cifra cercana a los 30 millones de euros y se ha convertido en la gran sorpresa de Florentino Pérez, ya que, a priori, el conjunto blanco quería únicamente a Mbappé antes del final de mercado.

Camavinga es un mediocentro que destaca tanto con balón como sin él. Con tan solo 16 años, el internacional francés derribó barreras en tiempo récord. En su debut como titular ante el Mónaco, en mayo de 2019, realizó una exhibición y dejó claro que, en cuanto a personalidad se refiere, es un jugador al que no le tiembla el pulso a la hora de marcar las diferencias en el centro del campo.

Sin duda, la gran explosión de Camavinga llegó en la temporada 2019-2020. El ya exjugador del Rennes realizó la mejor actuación de su carrera en agosto de 2019 contra el PSG, dando una asistencia y destrozando en cada arrancada en el medio al conjunto parisino. Nadie pudo frenarle ese día, lo que le valió para ganarse el reconocimiento de la prensa francesa y para empezar a sonar para grandes clubes europeos. También fue decisivo en el campo del mismísimo Lyon, marcando un gol de época tras dejar en el camino a dos rivales con sendos recortes.

Personalidad arrolladora, bueno en el primer pase, rápido en el juego de pies y, sobre todo, calidad para el pase en largo, Camavinga es uno de los mayores talentos del fútbol francés. Ha jugado de pivote defensivo (sobre todo en sus inicios, pero en un sistema de tres centrales), pero la posición en la que mejor rinde es un híbrido entre la de mediocentro defensivo e interior de llegada. No es un pivote defensivo al uso ni tampoco un box to box. Necesita ver el fútbol de cara, organizar, distribuir para marcar los tiempos del partido y, sobre todo, necesita espacio para potenciar la espectacular arrancada que tiene para dejar a sus rivales en el camino.

Además de ser un jugador diferencial con balón, Eduardo Camavinga es un todoterreno sin la pelota. Sus estiradas piernas le permiten meter siempre el pie para robar balones y es un jugador que tiene un gran timing a la hora de efectuar los tackles. De hecho, en la 2019-2020, Camavinga fue el jugador de Europa que más duelos defensivos ganó, en una muestra clarísima de que estamos ante un jugador que puede ser utilizado por Ancelotti para ir a la presión en campo rival. No esconde la pierna nunca y sabe cuándo y dónde ser agresivo para ganar la mayoría de los duelos posibles.

Sin embargo, no todo es oro lo que reluce en Camavinga. Como es normal en un chico de 18 años que está en la cresta de la ola y que acaba de debutar con la selección francesa (septiembre de 2020), el jugador ha experimentado un bajón importante en 2021. Perdió la titularidad en el Rennes, le costó volver a su mejor nivel y, sobre todo, dio síntomas de estar más pendiente de salir que de centrarse en el terreno de juego. Lo que es indudable es que es un talento generacional y que el Real Madrid ficha a un mediocentro que perfectamente le puede dar el relevo a Modric más pronto que tarde.