El Promesas debuta con tres vallisoletanos en el once
Baptista dio la alternativa a dos juveniles, rejuveneció al filial en más de un año con respecto a su último partido oficial y sacó un digno empate.
El Real Valladolid Promesas sacó un digno empate en su debut en la Primera RFEF en Las Gaunas, ante una SD Logroñés que se adelantó en una acción a balón parado y que acabó exigiendo en el tramo final a Samu Casado, uno de los debutantes. El gol de Paulo Vitor permitió al filial sumar un punto valioso después de competir, cuanto menos, como un igual durante muchos minutos, a pesar de los numerosos cambios presentados.
No en vano, con respecto al encuentro frente a Unionistas que cerró la temporada pasada, la edad media bajó de 22 años a 20,73 en un once inicial con nueve modificaciones con respecto a aquel y en el que cinco jugadores eran nuevos: el mencionado Samu Casado, Kike Ríos, Lucas Rosa y los dos juveniles: Chuki (en adelante, con 'i') y Arroyo. Con 17 años y 18 cumplidos el pasado miércoles, los dos atacantes fueron el vivo ejemplo de la nueva política.
Además de por el avance de los procesos formativos, esta parece venir marcada por la apuesta por el producto propio, ya que hasta tres vallisoletanos formaron de inicio: los dos antes mencionados y Sergio Nieto, el capitán, cuya presencia se presume importante esta temporada en el lateral izquierdo. Esta circunstancia no se daba desde hace más de año y medio, desde que Iker Pérez, Corral y Miguel coincidieron ante el Tudelano.
Junto a Nieto, Chuki y Maroto hubo dos canteranos 'puros' más, Amoah y Dali en el once. El primero comenzó estrenando titularidad su tercera temporada en el club, una máxima que valora la UEFA para dar tal consideración a los futbolistas siempre que sean sub'21, como es el caso, mientras que Dali lleva desde cadetes siendo blanquivioleta, aunque militó un año cedido en el Escobedo cántabro. Palomeque, Castri y Slavy salieron más tarde.
Volviendo a la juventud, no fue óbice para que el próximo internacional, Chuki, fuese de los más destacados en los 68 minutos que tuvo. Junto a su presencia en ataque, no dudó en ayudar al centro del campo cuando le faltaba profundidad, sirvió las acciones a balón parado e incluso rozó el gol, a la postre merecido. Este, sin embargo, lo marcaría un Paulo Vitor enchufado, errado a menudo en la toma de decisiones, pero líder del ataque.
La mayor curiosidad del envite vino precisamente de esta línea, y es que las dos parejas atacantes eran más jóvenes que César Caneda, el central al que se enfrentaron... incluso sumando su edad. Frente a los 42 años del defensor, Baptista alineó los 35 de Chuki y Arroyo y acabó con los 40 de Narro (21) y Slavy (19). La juventud del Promesas se define con eso y con que cuando Caneda debutó en Primera, en 1998, solo Samu Casado había nacido.