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CELTA

Villar, de medallista a descarte

El portero morracense acaba de lograr la medalla de plata en Tokio con la Selección española, pero Coudet le cierra la puerta en Vigo. Apunta a Leganés.

Actualizado a
Iván Villar durante un entrenamiento con la selección olímpica en Tokio.
RFEFEFE

La historia de Iván Villar está acostumbrada a sufrir cambios drásticos. La temporada pasada partía como tercer portero, pero las lesiones de Sergio Álvarez primero y Rubén Blanco después le despejaron el camino de la titularidad. No le pudo la presión al de Aldán, para nada. Su rendimiento fue notable en los 21 partidos de LaLiga que disputó, con alguna actuación sobresaliente, como la realizada en Vitoria. Encajó 30 goles, pero nunca salió señalado del terreno de juego.

Despejadas las dudas, y con Sergio ya retirado, el asunto de la portería parecía zanjado, con Rubén y Villar como inquilinos. Como guinda al buen año, el meta morracense se coló en los Juegos Olímpicos de Tokio a última hora por la lesión de Álex Domínguez, de Las Palmas. No tuvo minutos, pero suya es la plata que consiguió la delegación española. Otro motivo para ampliar la sonrisa.

Sin embargo, al mismo tiempo que Villar disfrutaba de su experiencia en la villa olímpica, el movimiento se acentuaba en los despachos de A Sede en torno a la portería. Las dudas por las continuas lesiones de Rubén Blanco y la insistencia de Coudet terminaron convenciendo a Mouriño para acometer el fichaje de un portero después de una década. El elegido fue Matías Dituro, preferido del Chacho desde que aterrizó en Vigo.

Este movimiento ha provocado un terremoto en la portería céltica. El cancerbero argentino ha desbancado a Rubén Blanco de la titularidad y ha relegado a Villar a un tercer plano. Ayer aterrizó en Vigo con la medalla de plata colgada del cuello, pero sabiendo que pronto deberá volver a hacer la maleta. O quizás ni le dé tiempo a deshacerla. El Leganés anda al acecho y en las últimas horas ha acercado posturas con el Celta. Ya andan ambos con los dichosos flecos, aunque en Vigo suelen ser interminables.

El escollo de la operación estaba en el pago de la ficha a Iván Villar. El Celta quería que el Leganés la asumiese íntegra, los pepineros sólo estaban dispuestos a pagar la mitad. El asunto puede resolverse con una ficha variable en función de los minutos que dispute el portero, ya que a los célticos les interesa que tenga minutos y los pepineros son reacios a incluir una cláusula de penalización por no jugar.

El portero ya se ejercitó hoy a las órdenes de Coudet. Se reintegró a la dinámica con el grupo nada más regresar de Japón, pero se encuentra pendiente de las negociaciones entre Celta y Leganés. Salvo novedad de última hora, saldrá cedido en busca de los minutos que no tendrá en Vigo, donde a día de hoy es el tercer portero de la plantilla.