Seis de seis para Osasuna
El equipo rojillo, con doblete de Budimir, sigue su marcha imparable en la pretemporada, al ganar la Euskal Herria Txapela. Willian José hizo el tanto del honor para una Real con muchos jóvenes.
A Osasuna no hay quien le tosa este verano. Seis partidos y seis triunfos, aunque hasta hoy habían sido ante rivales menores. Ha inscrito su nombre en el palmarés de la Euskal Herria Txapela y acompaña a Athletic, Real y Eibar. Lo ha hecho con la solvencia de las otras citas de pretemporada. Ahora le llega la gran prueba de fuego: el lunes en Anfield ante todo un Liverpool en el homenaje a Robinson. Está recogiendo el equipo el fruto que sembró el año pasado, con la paciencia que tuvo la directiva con Arrasate, dejándole trabajar. El grupo cree en lo que hace, lo que promueve su jefe, que ha variado algo el libreto esta vez, con un juego agresivo en campo ajeno y valiente merced a una presión más elevada. Hubo momentos de bostezos el curso pasado y ahora todo se acerca a Disneyland, como una vuelta al año del ascenso. Algo normal, porque dispone de una tripleta de nueves que no tiene nada que envidiar a equipos poderosos de la Liga: Kike, Chimy y Budimir. El croata, extrañamente desaprovechado en la Eurocopa, necesita que le sirvan balones, que él se encarga de rematarlos. Es el jugador más caro de la historia rojilla y estará exigido. Su doblete ante la Real anuncia que el año promete.
Una falta de Bautista a la media hora puso en bandeja el 0-1. Sacó Barja rápido, síntoma de lo enchufados que están los rojillos, y un error de comunicación entre Le Normand, que la dejó pasar, y Remiro, permitió al más listo de la clase, a Budimir, lanzarse en plancha y rematar a la red. El central francés pudo sacarse la espina poco después en un córner, pero la atrapó Herrera. Tras ese gol tomó la iniciativa la Real.
Pero no había bromas, el partido fue disputado y sin concesiones, ambos equipos se emplearon con todo lo que tenían, como en una rascada de Brasanac a Elustondo en el tendón de Aquiles, en una zona muy peligrosa porque le central viene de un calvario en el tobillo. Torró se hinchó a dar juego y a lanzar desde el borde del área, como una pelota que golpeó con el interior y pegó en el poste. Luego pudo empalmar el rechace, pero tampoco acertó.
Willian José, que va por el campo como quien da un paseo por un jardín botánico, pudo atrapar una para empatar. Barrenetxea encaró a Rubén García, al que se le notaron las costuras atrás, tiró a puerta y una acción defectuosa de Herrera permitió al brasileño coger el rechace y anotar. Corría el minuto 54.
El partido era interesante, aunque se deslució con los cambios, como suele pasar en estos casos. Los balones filtrados de Merquelanz eran el mayor peligro donostiarra. En uno de ellos, Navarro no la bajó bien y extravió una gran oportunidad. El gol hizo daño a Osasuna, pero se repuso pronto y en la segunda parte enceró al rival en su parte del campo. Rubén metió un caramelo a Budimir, un consumadísimo cabeceador. Volvió a poner en ventaja a los suyos en el 65. Luego el árbitro se comió un penalti claro de Le Normand. Gorosabel tuvo una buena oportunidad, pero se la encontró un afortunado Herrera. El choque acabó con una joya de Grau. El chaval salió y en la primera que tocó hizo un tres en uno: robo, recorte y zurdazo al palo contrario. Imparable. Se quiere quedar. Hay plantilla buena y larga este año en El Sadar.