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GRANADA | ENTREVISTA A ROBERT MORENO

"La Selección me demostró que estaba preparado para estar al frente de un banquillo"

Robert Moreno debutará en Primera con el Granada. Con 14 años empezó en los banquillos y ha subido escalones pasando por Barcelona, Roma y Celta como ayudante hasta dirigir a la Selección y el Mónaco.

GranadaActualizado a
"La Selección me demostró que estaba preparado para estar al frente de un banquillo"
ParkerDIARIO AS

Primeras semanas en Granada. ¿Qué tal está siendo la experiencia?

Por Granada ciudad no me ha da tiempo a conocerla casi, sólo la Ciudad Deportiva y el trayecto. Respecto al club y el equipo estoy muy contento. Me he encontrado un club serio y en crecimiento. Todo lo que me dijo antes de firmar se está cumpliendo y una plantilla excelente. En el tema personal lo primero, porque todos somos personas por encima de la profesión, pero también en lo futbolístico. En las ganas de aprender, de querer cambiar cosas que debían de hacerse de forma diferente, en el interés por mejorar, estar atentos a la propuesta del cuerpo técnico… de notable; no le digo excelente porque no me gusta decir eso, siempre hay cosas que mejorar.

Ya hemos visto los primeros partidos con una idea clara de tener el balón, moverlo bien, sacarlo desde atrás, abrir a bandas... ¿Cuáles van a ser las señas de identidad del equipo?

Para mí lo importante es generar ocasiones y que no nos generen. A partir de ahí cada uno tiene su estilo y entiendo que el estilo para hacer eso, generar y que no te generen, es con lo que estáis viendo estos días. Para mí el tener posesión no es un fin en sí mismo, no quiero tenerla por tenerla, quiero tenerla con un sentido, que es hacer daño al rival. A veces para hacerlo hay que ir más lento o hay que ir rápido y no tan lento. Eso es lo que estamos intentando trasmitir a los jugadores y no es fácil porque en el terreno de juego pasa todo muy rápido. Llevamos tres semanas y se empiezan a ver cosas. Ahora estamos trabajando lo que pasó con el Alcorcón, que marcó rápido, se encierra y trata de defenderse todo el rato y ahí es cuando es más difícil atacar porque hay pocos espacios, pero el equipo generó ocasiones, por bandas, por dentro, estuvimos muy bien a nivel defensivo y en la presión tras pérdida que me gusta trabajar, estuvo muy metido. En todo lo que les decimos se está viendo las señas de identidad y esto nos tiene que llevar a ganar partidos que es lo que te da credibilidad, no el jugar bien o jugar mal. Cada uno elige como quiere ganar o perder y mi forma de ganar o perder es esa, es la que siento, es la que he conocido durante más años y es la que más me gusta y creo que a los jugadores también.

Sólo han llegado tres caras nuevas. ¿Se esperan más refuerzos?

Por encima de si se prevé más refuerzos hay que respetar a los jugadores que hay en el equipo. El club debe estar preparado para mejorar al equipo en cualquier momento y en cualquier posición. Tienes una plantilla base donde hay determinados jugadores que son los que van a estar, pero puede ser que esos jugadores salgan o encuentres alguno que mejore lo que tienes. Lo que hablamos con Patricia (Rodríguez, consejera) y lo que trasmite Pep (Boada, director deportivo) es que tenemos que estar preparados para un mercado abierto para cualquier posición hasta el último momento. Es nuestra obligación, estar atentos al mercado hasta el último momento. Analizamos y tenemos la información de lo que veo estos días más allá de lo que he visto en imágenes, porque he visto todos los partidos del año pasado y los he analizado. Cuando conoces a los jugadores de verdad es en el día a día, en los entrenamientos. Ahí hay una serie de circunstancias en el que analizas, que ves al jugador, no como individuo, sino como parte de un grupo. Un jugador bueno puede ser bueno para una cosa y con unos compañeros, pero para lo que quieres de tu equipo igual no encaja. No hay jugadores buenos o malos, sino más adecuados o no para una forma de jugar. Por eso hay jugadores que pueden ser muy importantes para un equipo después no lo sea. O lo mismo, alguien que era importante en los últimos dos años ahora con mi forma de jugar que es diferente no sea tan importante o no sea imprescindible. Por lo tanto seguimos atentos al mercado y lo estaremos hasta el último día.

¿Qué papel va a tener la cantera en su equipo y, sobre todo, los jugadores que han estado en Marbella?

No voy a personalizar porque no quiero que los chicos se equivoquen, pero a los que estoy alineando ya los estáis viendo y alguno más que no ha podido venir por una cuestión numérica. Para mí, la cantera va a ser fundamental. El tiempo que este aquí, espero que sea unos cuantos años y el proyecto nos dé alegrías, tiene que ser fundamental para un club que se quiere consolidar en Primera. No puedes estar comprando jugadores permanentemente, tienes que formar jugadores para tu equipo para tener la posibilidad de venderlos y que generen ingresos. Va a ser importante, van a entrenar a la misma hora que nosotros, tendré una plantilla reducida de 20 jugadores y dos o tres porteros precisamente para eso, para que los que están cerca y entrenando con nosotros puedan dar el paso. No los voy a poner yo en el primer equipo, se van a poner ellos solos con su rendimiento. Para subir al primer equipo hay que hacerlo muy bien en el segundo. No me vale ser talentoso, haber tenido alguna buena actuación, estar en la cantera y ser de Granada. Cuando haya destacado en el segundo equipo, él solo se va a poner. No me cuesta poner a chavales jóvenes, ya lo demostré en los otros sitios donde he estado, he entrenado en casi todas las categorías del fútbol y es una bendición tener chicos jóvenes con ilusión, ojos abiertos y con ganas de triunfar.

Un proyecto como dice a largo plazo ya que el club le firmó por dos años. ¿Cuál es el objetivo real en este tiempo?

El club lo ha dicho, lo importante es la consolidación en Primera División, que ver al Granada en Primera sea lo normal, que no haya duda de que va a estar al año siguiente. Después las circunstancias de cada temporada, el mercado o lo que hacen los otros equipos, te van a llevar a poder luchar por unos objetivos u otros. A todos les hizo ilusión ver al Granada en Europa el año pasado, si no es este año o el siguiente, pero yo quiero jugar en Europa. Lo digo abiertamente, aunque luego puede ser un lastre si no lo consigue. No conozco a nadie que diga que quiere perder o descender. Todos queremos estar lo más arriba posible y tenemos que ser ambiciosos. Tenemos jugadores muy importantes en la plantilla y el club está haciendo un esfuerzo grande en un contexto económico horrible para todos los equipos para mantener la plantilla. Luego los partidos nos colocaran en nuestro sitio. Cualquiera que no somos de los cinco seis primeros, hay que hacer los 42 puntos para salvarse y mirar hacia arriba. Llevo un poco más allá lo de ‘partido a partido’ a ‘entrenamiento a entrenamiento’, mejorando, creciendo y siendo exigentes en todo momento para rendir al máximo y dar alegrías a la afición que se lo merece.

Desde luego le han dejado el listón muy alto...

Pero para mí eso es un reto bonito. Me marco el reto de mejorarlos, porque si digo como ha sido exitoso voy a hacer un poco menos… no me levanto pensando en que no voy a conseguir lo máximo. Si no me lo creo yo, que soy la cabeza visible y está al mando, estamos fastidiados. Lo que ha pasado en los últimos años ha sido muy bonito para el Granada, ha sentado las bases de lo que tiene que ser el proyecto a largo plazo y a partir de ahí conseguir que el proyecto sea permanentemente ganador, robusto y que habrá años más arriba o abajo, pero siempre estar ahí. Eso para la afición, después de estar el otro día con las peñas, lo va a agradecer. Me decía que estamos acostumbrados a perder, lo único que exigimos al equipo es que se deje la piel en el terreno de juego y bueno, ahora a ver si también os acostumbráis a ganar y a estar en Primera porque es lo más bonito para un proyecto y club que está poniendo unos cimientos sólidos para conseguirlos.

Muchos le tildan de inexperiencia pero lo cierto es que lleva desde los 14 años siendo entrenador.

Al final lo de la experiencia es relativo. En el libro que escribí había un capítulo de la experiencia limitante. Casi siempre se ve como algo positivo, pero tiene su aspecto negativo, porque puedes tener mucha experiencia en hacerlo mal. Eso no te garantiza que vayas a entrenar en Primera y lo vayas a hacer mejor. Estos últimos diez años sólo he estado en el Mónaco y la Selección, pero he estado ahí. Desde los 14 años pienso como un entrenador y tengo las inquietudes de un entrenador. Cualquier entrenador que llega a Primera desearía tener la preparación que he tenido para llegar a este momento. Estar en uno de los mejores vestuarios del mundo, el Barcelona del segundo triplete, el Roma, Celta… al más alto nivel y de un nivel normal y medio de la categoría. Eso un entrenador que vaya a debutar y no lo haya tenido pecaría de ello. La experiencia para mí son conclusiones simplistas que se tienen que utilizar. Robert Moreno es inexperto porque no ha entrenado en Primera… si entrenar en Primera garantizase algo estarían los mismo 20 entrenadores desde hace 30 años, pero eso no es así. Esto es una rueda que va cambiando y hay que afrontarlo. Acepto que me digan eso, lo escucho y ahí se queda.

¿Cómo un chaval de 14 años decide que quiere ser entrenador?

No era muy bueno como futbolista. Desde el minuto uno sabía que no tenía las condiciones. Lo hacía en paralelo, jugaba y entrenaba. Mi padre también fue entrenador. Jugué hasta los 25 años en categorías bajas y lo hacía en paralelo con lo de ser entrenador. Me divertía, me apasionaba. El tener a tu padre en casa que es entrenador, que se sacó el título, que me entrenase cuando era pequeño en el colegio porque le gustaba todo este tema del deporte... eso me despertó esa inquietud. Empecé a hacerme preguntas, ¿si yo hubiera tenido un entrenador mejor hubiera sido mejor futbolista? como entrenador que no le pase a otros niños lo que me pasó a mí. El fútbol ha cambiado mucho y afortunadamente los entrenadores están cada vez mejor preparados, pero cuando era pequeño cualquier padre era el entrenador y hacían barbaridades. He estado en entrenamientos corriendo dos horas dando vueltas a Cornellà y un entrenador que nos pisaba la barriga, ¡barriga dura! El vivir eso genera esa inquietud.

¿Hasta qué punto es importante para usted el análisis de datos y el Big data?

Es un complemento idóneo que ayuda a ver información que con tu propia vista no la ves. Me vinculé al fútbol a través de ser analista de vídeo. Hay un scouting que ve jugadores para la secretaría técnica y otro que analiza rivales a través del vídeo. En su momento, cuando hice mi estrategia a largo plazo para llegar al mundo profesional dije: “no voy a ser jugador profesional”. Me di cuenta pronto. Si analizas el mercado te das cuenta que no ser jugador es una desventaja grande para llegar a ser profesional por una cuestión de conocimiento de personas que puede darte la oportunidad y experiencias de vestuario al ver un partido en directo y te pierdes tanta información que dije: “voy a usar el video para grabar y analizar luego con tranquilidad desde el parado todas las situaciones”. Eso es lo primero que usamos. Después apareció la parte de análisis de datos. Cuando conseguimos cámaras tácticas, que logramos con Mediacoach cuando estaba en el Barça con analistas de Primera, te das cuenta que con el ojo humano es imposible que percibas tantos estímulos incluso grabando el vídeo. Las máquinas recoge esa información que es importante pero no determinante porque al final es tu valoración de algo tan complejo como el fútbol quien te va a dar el dato. Son un medio, no un fin en sí mismo. No voy a tomar una decisión sólo por los datos, porque el contexto puede ser muy diferente. Siempre va a estar el componente humano para anticipar si ese jugador va a encajar. Son importantes pero no determinantes.

¿Y en el análisis del rival?

En mi caso lo que me gusta es acumular mucha visión de partidos y la cámara táctica que permite ver a todos los jugadores, consigo hacer un mapa mental de cómo se mueven y percibir donde hay espacios libres para saber cómo defender y atacar. Después con el visionado macro no ves jugadores concretos y te vas a lo micro: quien es más ganador de duelos, supera más a uno contra uno, más chute… eso sí te ayuda a tomar decisiones en la información que le trasmites a tu jugador que tampoco puede ser infinita. Hay que hacer un embudo para coger de toda esa cantidad de datos y saber cuál es la que sirve para el jugador, que les ayude a desarrollar su tarea. No me sirve tener millones de datos si el que lo tiene que ejecutar, que es el jugador, sólo se queda con uno o dos, hay que saber qué es lo importante para cada jugador en cada posición. Es más complicado. Hay que cogerlo, masticarlo, entrenarlo y que el jugador sea capaz de hacerlo. La tarea del entrenador es hacer de filtro y dar la información justa que necesita para desarrollar su tarea en el campo.

¿De qué le sirven todas esas experiencias en grandes vestuarios?

Desde el minuto uno en que me hice profesional me lo tome como un aprendizaje. Desde que empecé en el Barça B dije: “ahora soy analista, pero voy a hacer como si fuera entrenador”. Miraba qué pasaba, me quedaba con la información y pensaba qué hubiera hecho yo: esto me gusta lo haría igual y esto no me gusta lo hubiera hecho de esta otra forma. Siempre lo que he tratado de hacer es analizar lo que hay alrededor de un entrenador en el día a día para ir generándome mi propia forma de llevarlo a cabo. He aprendido muchísimo, creo que soy bastante esponja. Me he equivocado en cosas, otras he acertado, trato siempre de mejorar. Robert Moreno no sería lo que es sin esa experiencia de esos años como ayudante.

Le llegó la oportunidad de la Selección y fue lo que ha cambiado su carrera.

Al final el objetivo es ser primer entrenador. Fueron unas circunstancias raras, pero es lo que te pone ante nada menos que la Selección española, que es una de las máximas cosas que puede aspirar un entrenador. Llevarlo adelante, además con éxito creo, me demostró que estaba preparado para estar al frente de un banquillo y llegó en un momento que necesitaba nuevos estímulos. Estar siempre de ayudante no debería haberse eternizado. Era el poderme demostrar que estaba preparado para entrenar a cualquier equipo. Me atrevo con cualquier equipo, luego tendré éxito o fracasaré, pero me di cuenta que estaba preparado, desde los 14 formándome para llegar a ese momento, aunque ya lo había hecho en categorías inferiores.

¿Cree que el Granada es su momento de demostrar?

Me importa lo que me demuestro a mí mismo porque es un reto personal, que estoy capacitado y preparado para hacer lo que me gusta. Por encima de eso hay un componente externo que no es de demostrar, sino de hacer feliz a la gente. Una de las cosas bonitas de esta profesión es la posibilidad de hacer feliz a la gente con algo que es lo menos importante de las cosas importantes. Hay gente que el lunes va a feliz a trabajar porque el domingo su equipo ha ganado y la semana la afronta de otra forma. Eso es un pago no tangible que me anima a seguir trabajando en esta posición y autoimponerme el ser exigente.