El Elche busca tres laterales, dos pivotes, un delantero y un mediapunta
A menos de tres semanas para que arranque la competición, Fran Escribá sólo ha celebrado la llegada de dos centrales y un portero.
La planificación deportiva del Elche se ha atascado durante los últimos 15 días. Tras la llegada del portero Kiko Casilla y de los centrales Pedro Bigas y Enzo Roco, el club que dirige Christian Bragarnik ha echado el freno con la contratación de futbolistas y debe acelerar para armar la plantilla de Fran Escribá de cara al inicio de Liga, previsto para el lunes 16 de agosto.
Las necesidades del equipo pasan por el fichaje de dos laterales izquierdos y uno derecho, dos mediocentros, un delantero y, si puede ser, otro pivote más un segundo punta versátil, que también pueda añadir competencia al juego por las bandas. En el mejor escenario, el Elche espera ocho refuerzos de nivel para afrontar el objetivo de la permanencia, pero al ritmo que van las negociaciones la cifra podría reducirse.
Para el lateral derecho, el equipo ilicitano mantiene en su punto de mira a Rober Correa. El jugador del Eibar, ex del Elche, quiere seguir en Primera y los técnicos franjiverdes le tienen bien visto. Para el costado izquierdo, Mojica es el preferido. El Girona acepta una rebaja en la opción de compra, ahora en torno a los 1,5 millones de euros, pero la ficha del internacional colombiano también es bastante elevada, lo que suma dificultades a la operación en su conjunto.
En el centro del campo, Iván Marcone y Raúl Guti se mantienen como pareja. El canterano César Moreno, de 20 años, está ofreciendo buenas sensaciones; pero aún falta otro ‘6’ y otro ‘8’, incluso un tercero para reforzar como se merece la sala de máquinas. Para la delantera, el sueño de Darío Benedetto no está claro porque sus pretensiones económicas y deportivas están lejos del alcance del Elche, aunque no se descarta. Sergi Guardiola se acerca al Rayo y por Narváez el Real Zaragoza pide cinco millones de euros.
Y en la posición de mediapunta, Toni Villa es uno de los muchos jugadores que se ha puesto sobre la mesa. El murciano, de 26 años, puede actuar como mediapunta o en banda. En el Real Valladolid acumula cuatro temporadas y en la última apenas tuvo protagonismo. Las piezas del puzle están desordenadas sobre el tablero y ahora tendrá que ser Bragarnik quien mueva ficha con cada una de ellas. Mientras tanto, el tiempo sigue pasando.