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TENERIFE

La derrota más feliz

Se cumplen 32 años del día que el Tenerife de Benito Joanet ascendió a Primera División tras ganar la eliminatoria ante el Real Betis. Allí empezó la época dorada de la entidad.

Actualizado a
Once del Tenerife de la temporada 88/89.
C.D. Tenerife

Se cumple hoy el 32º aniversario de la, posiblemente, derrota más feliz de la historia del Tenerife. Un 2 de julio de 1989, los blanquiazules perdieron ante el Real Betis por 1-0, pero ascendieron a Primera División por haber ganado en el partido de ida de la promoción a los verdiblancos por un contundente 4-0. Allí se empezó a escribir la época dorada del club.

Joanet obró el milagro y devolvió a los tinerfeños a la máxima categoría casi tres décadas después. En aquella campaña, los tinerfeños no habían planeado subir de categoría, pero empezaron a engancharse a la zona alta (enlazó ocho semanas seguidas in perder) y todos se ilusionaron. A pesar de algunos conflictos plantilla-directiva (es recordado el conflicto del Hotel Maritim), hubo final feliz.

El papel de Joanet

"Benito Joanet era un líder, pero de minuto a minuto", contó Toño Hernández en diciembre, en ocasión de la presentación del libro 'El ascenso que transformó al Tenerife'. "Te llenaba de energía. En los entrenamientos, en los partidos y te aislaba de los problemas. Recuerdo que nos dijo que saliésemos a disfrutar porque, si lo conseguíamos, lo íbamos a recordar toda la vida".

Gracias a la seguridad del meta uruguayo Belza, la sobriedad de los canarios Quique Medina y Toño, la calidad de Guina y El Ghareff y los goles de Rommel Fernández y Victor Celso, aquel equipo hizo historia y fue el puntapié inicial para el inicio de la época más gloriosa de la institución.

La clave del ascenso

"Por primera vez la Liga se ampliaba a jugarse a principios de julio, una vez que la temporada concluía el 30 de junio", recordó Medina. "Hubo jugadores", continuó, "que se hicieron seguros privados para poder disputar ese partido porque su contrato ya había vencido. Fue una temporada de inicio difícil, pero el trabajo del cuerpo técnico hizo posible que consiguiésemos lo que nadie en esta isla pensaba que podía ocurrir".

En dicho partido, el técnico catalán alineó aquel caluroso domingo a Eduardo Belza; Benigno Lema, Toño, Quique Medina, Herrero; Isidro García, El Ghareff, Guina, Perico Medina; Rommel y Noriega. Tras el descanso entraron Víctor y David Amaral. Enfrente, en el equipo bético, había figuras mundiales de la talla de Nery Pumpido, Calderé, Patricio Yañez o López Ufarte.

El tanto de Chano, luego blanquiazul, llegó muy tarde (fue en el minuto 80) y apenas inquietó a la parcialidad tinerfeña que celebró el objetivo por todo lo alto porque ya se veía entre los mejores tantos años después. Tal fue el delirio que en el vuelo de regreso a la Isla, el avión debió dar dos vueltas antes de aterrizar en el aeropuerto del Sur porque los aficionados habían invadido la pista.