Alba, un debate de tres veranos
Desde el final de la temporada 2018-19, el futuro del lateral se pone en discusión. Algunos creen que es el momento del relevo. Otros valoran su temporada y la complicidad con Messi.
La posible salida de Jordi Alba está de moda estos días en el Barça, con el Inter de Milán como principal pretendiente del verano. Pero el debate sobre la idoneidad de la venta del lateral de L'Hospitalet va ya por el tercer verano. Siempre con partidarios, siempre con detractores, su continuidad ha sido discutida en la planta noble desde que, en los dos últimos partidos decisivos de la temporada 2018-19, Alba se derrumbó contra el Liverpool en Anfield y en la final de Copa, burlado por Carlos Soler. A sus 32 años, y con nueva directiva, el debate sigue existiendo. Hay voces favorables a su continuidad porque viene de una temporada espectacular en la que ha superado los 4.000 minutos y ha dado 15 asistencias, las mejores cifras de su carrera. Y, por supuesto, Jordi Alba es uno de los socios preferidos de Messi, que seguramente no vería con demasiados buenos ojos su marcha.
Hay opiniones en la nueva Junta de Laporta, sin embargo, que se alinean con aquellos directivos que ya reprocharon a Bartomeu en su día renovarle el contrato hasta 2024 y que consideran que Alba ya es un lateral de una sola dirección, la ofensiva, y que sufre mucho en partidos de ida y vuelta. Esa corriente de opinión es de la idea de que lo mucho que da en el juego de posición en ataque no compensa lo que sufre en las transiciones y en los partidos de alta exigencia física, un caso similar al de Sergio Busquets. Eliminatorias como las del PSG, sufriendo con jugadores como Kean el día del 1-3; y goles como el 1-0 de Benzema en Valdebebas, son argumentos a los que se agarran los que creen que es el momento del cambio. Al final del debate, sin embargo, siempre se lanza una pregunta al aire: ¿Hay tantos laterales de élite mejores que Alba?
De fondo está el recorte salarial que el jugador tendrá que validar. Piqué ya lo aceptó, Messi lo tendrá con su renovación y el último turno será para Busquets y Alba, toda vez que el futuro de Sergi Roberto está en el aire. El Barça tiene que afrontar un recorte brutal de salarios y Alba, como vaca sagrada con un salario disparado para los pocos títulos del equipo las tres últimas temporadas, será uno de los damnificados. Eso, si decide continuar. Como es obvio, y después de nueve años en el club, que el club lo ponga en la rampa de salida después de tantos éxitos no es plato de buen gusto. También es la realidad del club. El debate sobre el lateral continúa.