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VALENCIA

Un año de la vuelta del fútbol: cuatro técnicos, dimisiones, manifestaciones... y Bordalás

El 12 de junio de 2020, el fútbol volvía a Mestalla tras la pandemia con un derbi contra el Levante. Hace 365 días aún se soñaba con la Champions. Hoy la moral está muy baja.

Manifestación en contra de Meriton.
 
 
 
 
 
 
 
  
 
 
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DAVID GONZALEZ

Hoy hace justo un año, el Valencia volvía a jugar un partido después de más de tres meses sin hacerlo por la pandemia. El 12 de junio de 2020, la luz volvía a Mestalla en un derbi contra el Levante. Con el Valencia séptimo aún se soñaba con alcanzar Europa e incluso la Champions que sólo estaba a cuatro puntos con 11 jorndas por disputar. Pero nada salió según lo previsto. De entrada, el Levante le empató un derbi que tenía ganado con un penalti en el minuto 98 transformado por Melero.

Y a partir de ahí, 365 días de penumbra: cuatro cambios de entrenador, un director deportivo dimitido, estrellas vendidas o regaladas a un rival directo, un técnico que dimite, no se le acepta y se le echa siete meses después, manifestaciones multitudinarias en contra de la gestión de la propiedad, una ATE vencida y alargada por la pandemia… Y sólo un rayo de luz: la llegada al banquillo de José Bordalás.

Tras el empate ante el Levante, el Valencia no levantó cabeza y tras sólo una victoria (Osasuna) y tres derrotas (Real Madrid, Eibar y Villarreal), la propiedad echó a Celades, a falta de seis jornadas, esperando el enésimo milagro de Voro. Ese mismo 29 de junio, el director deportivo, César Sánchez, dimitió tras haber comunicado a la plantilla esa misma mañana que Celades seguía en el cargo.

El equipo deambuló para acabar noveno y ocho días después de finalizar el curso, se anunció la llegada de un nuevo entrenador: Javi Gracia. El navarro, tras varios intentos, llegó al Valencia y con él la ilusión al entorno. Pero pronto se acabó. El club vendió a muchos de sus mejores jugadores (Rodrigo, Ferran, Coquelin, Kondogbia…) e incluso regaló al Villarreal al buque insignia, Dani Parejo. Por contra, no llegó ni un sólo fichaje. El día después del cierre del mercado, Gracia se ausentó del entrenamiento para presentar su dimisión. Esta no se le fue aceptada ya que el entrenador debía pagar una cláusula de salida alta si se iba.

A regañadientes Gracia continuó pero con él a los mandos el equipo nunca funcionó. Nunca tocó puestos europeos y casi se miraba más hacia abajo que hacia arriba. Tras varios amagos, a cuatro jornadas del final de Liga, el 3 de mayo, Gracia fue destituido y de nuevo Voro se puso el chándal. Esta vez el objetivo era eludir el descenso, algo que logró sin apuros.

Un par de semanas antes de acabar LaLiga, más de 5.000 valencianistas se manifestaron por las calles de Valencia para demostrar su desacuerdo con la gestión de Meriton al frente del Valencia. La brecha social ya era escenificada. El 15 de mayo, además, acaba la ATE de Mestalla sin que el club cumpliera uno sólo de los hitos. Aplazada tres meses por la pandemia, a día de hoy los políticos se debaten entre darla por finalizada o alargarla en plazo.

En el plano deportivo, tras acabar LaLiga en el puesto 14, siete por encima del descenso, la propiedad aceptó la llegada de José Bordalás, al banquillo, el cuarto (cinco contando que Voro fue técnico en dos etapas) en 365 días. El fichaje del alicantino ha supuesto algo de oxígeno al club y un poco de ilusión en una afición con la moral por los suelos. Bordalás ya se ha puesto a trabajar en Paterna y en menos de un mes se iniciará la pretemporada del curso 2021-22.