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FUENLABRADA

El Fuenla regala a su cantera un final de campaña 'mágico'

El equipo del Fernando Torres está aprovechando este pequeño 'parón' del primer equipo por vacaciones para incentivar y apoyar su emergente cantera.

El Fuenla regala a su cantera un final de campaña 'mágico'
CF Fuenlabrada / Beatriz Cobos

El Fuenlabrada sigue apostando por dar vida a una cantera que lucha por ser importante para el equipo. Desde los más pequeños hasta los más mayores, el 'Vivero', término con el que se conoce a la cantera azulona, cuenta con el apoyo del club como ha quedado claro en las últimas fechas con determinadas actividades: pruebas en el Fernando Torres, la visita de una de las estrellas del club a uno de los canteranos y mucho más.

Hace ya unos días, el Fuenlabrada abrió las puertas de su estadio Fernando Torres para que todos aquellos que quisieran formar parte de su cantera pudieran hacer las correspondientes pruebas en estas instalaciones, las mejores para hacer soñar a los más pequeños. Alrededor de 300 niños y niñas participaron en dichas actividades los días cinco y seis de junio. De la misma manera que esos niños, Héctor Soto, jugador del Benjamín B y pichichi del Vivero con 41 tantos, se ilusionó hace un tiempo. Ahora puede decir que Nteka, estrella del primer equipo, le felicitó por su buena temporada y regaló un balón firmado por toda la plantilla.

Sucede que de esa cantera, sin todavía mucho peso en España, han emergido algunos nombres que ahora compiten en Primera como Morales y Marcos Mauro. Este año, los canteranos del Fuenlabrada han tenido en Damián Cáceres y David Amigo el ejemplo de que se puede debutar con el primer equipo.

Los valores se trabajan desde abajo

En la cantera azulona se trabaja el famoso 'fair play' desde la categoría más pequeña. El futbolista Alejandro y el entrenador Miguel, del Alevín B, han sido buena muestra de ello con su bonita historia. El joven jugador falló a propósito un penalti en el último torneo del equipo al haber sancionado el árbitro una pena máxima que no era. "En cuánto vi el penalti, supe que no era pena máxima. Llamé a Alejandro y dije que la única manera de arreglarlo era fallándolo y así hacer juego limpio", afirmó el entrenador. Sin embargo, la historia no se queda ahí. Si Alejandro hubiese anotado ese penalti, el alevín B fuenlabreño hubiese pasado a semifinales del torneo. "No cambiaría lo que hice", afirmó Alejandro.