Alemania nunca falta a la cita
Löw prescindió de experimentos. Propuso un once con Hummels y Müller, ambos vetados de su selección, pero recuperados ante la falta de prosperidad del proyecto.
Ha ocurrido ya tantas veces que resulta hasta extraño recordarlo. Siempre que se aproxima un campeonato importante, no importa que sea un Mundial o una Eurocopa, Alemania siempre está ahí. Lo vivido hasta la fecha no importa. Su competitividad es innata. Y así volvió a ponerlo a prueba en su última prueba de fuego antes de comenzar la Eurocopa (nada más y nada menos que contra la campeona del mundo francesa) ante un combinado letón al que endosó una durísima derrota por 7-1. Las críticas hacia la Mannschaft, sobre todo tras el 6-0 que sufrió ante la selección española en noviembre, no pudieron ser mayores. Pero los de Löw reaccionaron. Y se dieron un homenaje antes de comenzar la EURO.
Löw prescindió de experimentos. Propuso un once con Hummels y Müller, ambos vetados de su selección, pero recuperados ante la falta de prosperidad del proyecto tras el fracaso en la fase de grupos del Mundial 2018. También partió de inicio Kroos, plenamente recuperado del coronavirus. El resultado de la apuesta de Löw fue apabullante. La cuatro veces campeona del mundo fue un vendaval que fue a hacer daño. Mucho daño. Müller y Havertz tuvieron el primero en sus botas en los primeros compases del choque hasta que Gosens y Gündogan abrieron la lata en cuestión de dos minutos. Müller, Ozol en propia y Gnabry reflejaron la aplastante superioridad de los alemanes sobre el terreno de juego. Fue el rodillo de siempre. La Alemania de siempre. Una manita en 45 minutos.
La segunda mitad, más de lo mismo. Todo lo que hizo Löw le salió bien. Ingresó en el terreno de juego Werner y anotó el sexto, dejando claro que Alemania no iba a partir de mero espectador en la Eurocopa. Saveljevs, de la nada, logró anotar el tanto del honor para Letonia, pero la Mannschaft no tardó en responder. Sané, recién ingresado en el césped también, restableció la diferencia de seis y dictó sentencia: Alemania lo quiere todo. Siempre.