Víctor Afonso: "La organización táctica del equipo no es la adecuada"

El mismo día que la UD anuncia múltiples novedades de cara a la próxima temporada, con la salida de Aythami Artiles y los hermanos Castellano, así como de la renovación de Pepe Mel por una temporada más, el Diario AS se reúne con una leyenda amarilla como es el ex capitán Víctor Afonso, que vistió la camiseta de la UD durante 11 temporadas, en dos etapas, de la 91-2000 y la 2005-2005-2006, y vivió tres ascensos, nada más y nada menos, el del 96, el del 2000 y el del 2006.

Con él, hacemos un repaso de lo que ha sido esta última temporada de los amarillos, que han finalizado en la novena posición de la tabla, tras un curso irregular, que el ex jugador, ahora entrenador a la espera de un nuevo proyecto, considera que “hemos sido un equipo muy irregular siendo durante buena parte de la temporada el equipo más goleado, cosa que habla y precisamente no bien del equipo y no hablo en concreto de los cuatro defensas. Hablo en general”.

Pero para empezar, hablamos con el grancanario, ahora en la isla después de su último paso por los banquillos en el Al-Tai, en la Primera División de Arabia, previa etapa en el Lincoln Red de Gibraltar y los filiales de la UD Las Palmas, donde consiguió el ascenso a Segunda B, y del Atlético de Madrid

¿Qué es de Víctor Afonso hoy en día?

A final del año pasado regresé con la idea de pasar unos días aquí en Canarias y por el tema de la cepa inglesa se cerraron los aeropuertos en Arabia Saudí y ello, unido a que ya llevaban meses que no me pagaban hizo que yo decidiese que si quería que volviera les dije que me pagaran lo que me debían previamente, pero con la experiencia que ya tengo no me moví de aquí y decidí quedarme. Fui a la FIFA para reclamar y, por lo tanto, estoy a la espera de que me salga algún proyecto interesante y mientras veo fútbol, a Las Palmas, filiales, etc.

Sobre la UD, una vez terminada la temporada, ¿qué valoración hace del año, qué nota le pone tan lejos del playoff?

Creo que Las Palmas cuando bajó de Primera empezó con un proyecto en el que quiso ser protagonista, con la intención de poder ascender, se gastó muchísimo dinero para intentar regresar lo antes posible y las cosas no salieron bien. Ahora llevamos dos años donde hemos pasado de ser protagonistas o de querer serlo a ser un equipo más. Eso define lo que ha sido este tiempo con Pepe Mel.

Este año hemos sido un equipo muy irregular, siendo durante buena parte de la temporada el equipo más goleado, cosa que habla, y precisamente no bien del equipo, y no hablo en concreto de los cuatro defensas. Hablo en general. El trabajo defensivo no ha sido nada bueno y eso es lo que ha arrastrado al equipo a estar peleando por cosas que no tienen nada que ver con lo que realmente debería.

Un equipo que tuvo en su día a Rubén Castro, máximo goleador durante muchas temporadas en Segunda y en Primera, donde han estado Araujo, Pedri, Jesé, etc, pero que sigue siendo endeble atrás y con esa manera de responder cuando no se tiene la pelota ha hecho que este sea muy pobre. Es la triste realidad. Me duele decirlo, pero es la realidad. Es un equipo al que le hacen muchos goles y muchas ocasiones.

Este año, entonces, podríamos decir que la UD de medio campo hacia adelante ha tenido una plantilla potente, pero de medio campo hacia detrás ha estado muy floja.

Cuando se habla de equipo más goleado, siempre se señalan a los mismos, pero fíjate que en los últimos años el conjunto menos goleado ha sido el Barcelona de Guardiola y no es que fuera un equipo defensivamente muy fuerte, pero tenía mucho la pelota, acababa las jugadas, robaba en campo contrario y sufría muy poco atrás. Apenas le llegaban. En Las Palmas eso no ocurre, ya que no roba en campo contrario casi nunca. Es un equipo al que casi siempre le finalizan o le llegan a las inmediaciones del área y eso no tiene que ver con los cuatro de atrás. Ese equilibrio del que hablamos de defender bien para poder atacar mejor no lo tiene.

Es cierto que ha habido momentos en que hay jugadores que han cometido fallos individuales, como Álvaro Lemos en algunas ocasiones, Cardona, etc; pero en general en cuanto a organización táctica del equipo no es la adecuada.

¿Qué papel juega Pepe Mel en este sentido? ¿Quién debe ser señalado por ello? Los jugadores o el entrenador. Renovado, por otra parte.

Faltando tres jornadas éramos el equipo más goleado de la categoría, por eso repito que no es justo señalar a la línea de cuatro de atrás y tampoco lo es señalar solo a Pepe Mel. El técnico es el máximo responsable del equipo, pero hay errores individuales que no se le pueden achacar a él. Es decir, un jugador toma una decisión mala y te marcan un gol, ahí el entrenador no puede hacer nada. Lo que sí creo es que han pasado muchos jugadores por la plantilla de Las Palmas como Jonathan Viera, Pedri, Rubén, Jesé, Cala, Timor, Rafa Mir, etc; y el equipo siempre ha tenido el mismo problema, que ha sido un equipo endeble en defensa y claro. Cuando es solo una temporada puedes pensar que los jugadores no te han entendido, pero cuando llevas tres temporadas y tienes los mismos problemas, cometes los mismos errores sin balón, pues parte de la responsabilidad es del entrenador.

¿Qué toda la responsabilidad no es del míster? Tampoco. Pero tiene su parte de responsabilidad cuando no lleva 3 días en el puesto, sino tres años.

¿Qué cambio hay con respecto a la temporada pasada?

El año pasado también tuvimos problemas defensivos, donde nos generaban muchas ocasiones de gol de nada y este año se ha agudizado un poco más. En la primera etapa de Mel la dejo un poco en el aire, ya que el equipo tuvo muchos cambios de entrenadores y lo puedo entender, pero estas dos últimas temporadas el equipo defensivamente es un conjunto que así es imposible aspirar a estar entre los seis primeros.

También la temporada ha sido complicada por tanta lesión, el COVID-19 en jugadores clave, etc.

No estoy dentro para saber cómo es Barranco Seco ahora mismo, pero el césped era mucho peor hace 20 años, no se lesionaba nadie y salíamos para adelante. En cuanto al tema del COVID-19 es igual para todos y el resto de los equipos han pasado por situaciones parecidas a Las Palmas. Decir que los problemas de la UD han pasado por no haber podido contar con Pejiño, un jugador que viene de Segunda B, que no está Araujo o Rober, otro jugador de Segunda B… achacar nuestros males a eso no es lógico. Todos los equipos han pasado por situaciones parecidas. Se puede decir que Las Palmas no tiene un gran fondo de armario, pero la Ponferradina tampoco y ha estado por encima de nosotros toda la temporada, así como otras plantillas.

¿Tenía que haber sido más exigente la UD y no conformarse con la permanencia?

Sí. Yo siempre seré exigente con la UD Las Palmas esté quien esté en el banquillo. El problema ha sido que durante un mismo partido la UD ha sido muy irregular, con 10 minutos bien, luego 20 bastante mal donde el otro equipo te gana en partido y eso nos ha pasado. Ha habido momentos donde Araujo ha estado bien, también Pejiño, etc; y hemos jugado bien y jugado mal, así que se han lesionado como lo han hecho otros jugadores de otros equipos que han tenido una respuesta diferente. Y Las Palmas, encima, tiene la suerte de tener un filial en Segunda B del que puedes tirar de él.

En cuanto a la política de cantera, hemos visto que Mel ha subido a bastantes pibes. Usted ha entrenado a los filiales de Las Palmas y Atlético de Madrid. ¿Cómo se mete en vereda a los pibes que empiezan a trabajar, entrenar o jugar con el primer equipo? Especialmente, para que no se lo crean.

Primero que nada, los jugadores que han subido al primer equipo no han sido jugadores titulares en Las Palmas Atlético, sino más bien jugadores que no jugaban mucho, como el caso de Clau o de Coco, por ejemplo. Mientras que tenía futbolistas por delante de los que podía tirar como Sato o Juan Fernández arriba. En cuanto a cómo se trabaja, pues con mucho diálogo con ellos, que sigan con la misma dinámica de trabajo que en el filial y poco más. En mi caso, muchos jugadores que venían del primer equipo, nosotros pasábamos informes y tomábamos medidas, muchas veces en contra de la situación del jugador, como los casos de Artiles, Tyronne, etc; chicos que luego bajan al filial y se encontraban con la realidad.

Nosotros lo que teníamos que hacer era explicarles cuál era la realidad y cuál es el camino. Ponerles la mano por encima y volverles a meter en la dinámica adecuada del equipo.

De aquellos futbolistas que usted tuvo en ambos clubes, ¿a cuáles podemos ver hoy en el fútbol profesional y de cuáles te sientes orgulloso?

Normalmente, cuando me llaman y hablo de la etapa de Las Palmas Atlético y de jugadores te vienen nombres como Viera, Vitolo, Juanpe, Hernán, Asdrúbal, David Simón, Roque Mesa, Aythami Álvarez, etc; que le aportaron muchísimas cosas a la UD y luego fueron vendidos. En el caso del Atlético, me viene a la cabeza Theo Hernández, que luego fue al Madrid y ahora está en el Milan, otro es Amath Ndiaye, que está en el Mallorca. Son jugadores que yo tuve, pero siempre miro a los futbolistas que tuvieron mucho talento y por unas cosas o por otras no llegaron. Hay mucho que tenían buena pinta y luego se quedaron en el camino, pero sí es verdad que me siento muy orgulloso de los que he mencionado y de que llegaran al futbol profesional, pero no solo por eso, sino que, de vez en cuando, hablo con ellos y son ellos mismos los que me hablan de la etapa que vivieron conmigo y que fue muy importante para ellos. Eso lo guardo con mucho cariño.

Salvo Pedri, parece que a Las Palmas le cuesta apostar por gente joven. Kirian, Álex Suárez, Cedrés, Curbelo, Espiau, Benito… llegaron al primer equipo habiendo pasado con holgura los 20 años. ¿Está de acuerdo con esta política?

Para mí, no hay que mirar la edad. Pepe Mel no miró el carné de Pedri e imagino que los entrenadores nos movemos por sentimientos. Yo pongo el ejemplo de Roque. Era un futbolista que el primer equipo no lo quería y lo descartó. ¿Qué diferencia hay de ir a buscar un mediocentro a Zaragoza con 26 años que ir a por un jugador bueno de 23-24 años de aquí, de Las Palmas Atlético? No hay ninguna diferencia. Él hizo un buen año con nosotros en Segunda B y al siguiente año con Paco Herrera, le dan confianza y ahí está su historia. Si solo miramos la edad y no el rendimiento, posiblemente hoy Roque Mesa estaría en el Telde, con todos los respetos. Sin embargo, está en Primera División. Como su caso, está el de David Simón.

¿Se imagina, en un futuro más o menos lejano, volviendo a Las Palmas? Para entrenar al primer equipo, por ejemplo.

En la vida nunca se puede decir lo que te va a deparar el destino. En su día tuve la posibilidad de coger al primer equipo el año en que no acabó la temporada Lobera, pero entre unas cosas y otras no pasó. Al final el futuro nunca se sabe y estoy muy orgulloso del trabajo que hice en el filial para el club. Siempre estaré agradecido a la entidad. El destino nunca se sabe. Mi vida siempre ha estado ligada a Las Palmas y lo estará hasta el día en que me muera. Algún día estoy seguro de que el camino de la UD y el mío volverán a unirse.

¿Qué objetivo debería plantearse la UD para el año que viene?

Si acaba viniendo Jonathan Viera, y sabiendo que es un ganador nato, el proyecto debe ser para estar más arriba de lo que se ha estado este año. No veo a Viera yendo a Castellón perdiendo 4-0. Sería el primero al que no le gustaría. Si viene en diciembre, el club debe hacer una apuesta más decidida. Sería un error tener a Viera y que el proyecto fuera la permanencia. Con Viera, Jesé y Araujo el objetivo no puede ser la permanencia, aunque yo creo que con Pepe Mel, con lo que hemos hecho de aquí para atrás no nos va a dar.