Motín en Brasil con Casemiro a la cabeza
Los jugadores que militan en Europa se niegan a jugar la Copa América en su país, como ha acordado Bolsonaro. El madridista decidió no salir ante la prensa.
Las aguas corren revueltas por Brasil. La decisión de la CONMEBOL, consensuada con el gobierno brasileño, de trasladar allí la Copa América que arranca en nueve días ha puesto en pie de guerra a los futbolistas que militan en Europa y que estos días están concentrados junto al resto para disputar los dos encuentros de las Eliminatorias de clasificación rumbo a Qatar 2022.
La situación sanitaria es grave en el país a causa del Covid y los futbolistas no entienden el interés por organizar un torneo que se ha encontrado con mil trabas en los últimos días. La bomba explotó en los instantes previos a la comparecencia de prensa del seleccionador, Tite. Junto a él se supone que debía salir el madridista Casemiro, pero en vez de eso sólo se pudo ver al técnico.
Minutos antes se había filtrado que los brasileños que militan en Europa habían solicitado una reunión de urgencia con la CBF para trasladarles su idea de no participar en la Copa América. Cuestionado al respecto, el propio Tite fue sincero: "Los jugadores tienen una opinión, contraria al presidente, sobre disputar el torneo. Es por ese motivo la ausencia hoy aquí de nuestro capitán, Casemiro".
Durante los últimos días ningún jugador había dado su opinión pública acerca del asunto. Tite confirmó que fueron él y Juninho, su ayudante, los que les dijeron que era mejor no hacerlo. Sin embargo, en la conferencia previa al encuentro ante Ecuador sí estaba prevista la presencia del capitán Casemiro, que decidió, junto a sus compañeros, no salir ante la prensa.
Pese al empeño de Bolsonaro, Brasil ha tenido innumerables problemas para encontrar cuatro ciudades que aceptaran ser sede durante la Copa América, que en un principio iba a disputarse en Colombia y Argentina. La mayor parte de gobernadores se negó a recibir el torneo y finalmente se supo que serían Brasilia, Río, Goiania y Cuiabá las cuatro sedes. Sin embargo, los jugadores no están conformes y amenazan con dinamitar la situación.