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Bélgica
1
Grecia
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Finalizado

BÉLGICA 1 - GRECIA 1

Thorgan da sentido al amistoso

Un empate a uno que deja a ambas selecciones satisfechas. No jugaron Courtois, De Bruyne ni Hazard pero sí Carrasco, que fue clave en el gol.

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celebración del gol bélgica
celebración del gol bélgicaOLIVIER HOSLETEFE

De un partido de Bélgica sin Courtois, De Bruyne y Hazard, tres de los cuatro jugadores más diferenciales de la convocatoria, pocas conclusiones estables se pueden sacar. Y menos si el cuarto, Lukaku, sólo juega la primera parte. Ningún seleccionador quiere poner en riesgo a sus chicos a una semana de empezar la Eurocopa y si es importante coger ritmo, más lo es evitar lesiones musculares en una temporada con un calendario tan cargado como el de este año. Y la otra parte, la griega, no está clasificada para la Eurocopa. Imagina terminar una temporada tan agobiante y, antes de tus vacaciones, tener que jugar un amistoso a tres mil kilómetros de tu casa para que el rival se pruebe. Aun así, la tensión del momento llevó a dos amagos de tangana.

Sin embargo, en estos escenarios es donde más disfrutan los futbolistas que aman el balón y así lo demostraron Carrasco y Doku. Extremo por la izquierda y extremo por la derecha respectivamente, fueron de lo más ilusionante que mostró Bélgica en el partido. La manta es corta para todos. Si bien con un 3-4-3 en el que un carrilero es extremo de nacimiento y el otro lateral cierras muy bien tu área, dejas solo dos centrocampistas para un espacio de campo demasiado grande. La capacidad para generar juego a partir de Dendoncker y Praet no quedará para el recuerdo. Mejorará con De Bruyne. Mientras, los dos citados extremos se hincharon a encarar por su banda y a correr en espacios abiertos. Por su parte, Lukaku disfrutaba en lo que es el mejor: rematar y recibir de espaldas.

Más allá de un regalo de Alderweireld a Masouras al inicio del partido y un desajuste defensivo más tarde, Bélgica no sufrió nada en la primera parte, la de los teóricos titulares. El gol llegó en un robo de balón tras la salida de un saque de banda que recogió Thorgan, que actuó de carrilero zurdo por detrás de Carrasco. No tuvo miedo a encarar rápidamente, combinar con el jugador atlético y esperar a que este se la devolviese para marcar a placer en la frontal del área pequeña. El empate a uno fue bastante más soso, con Tzavellas rematando con la tibia un rebote que le llegó desde el palo tras un cabezazo amigo.

Una vez más, un partido sin demasiado interés para ninguno sirvió para exhibir las cualidades ofensivas del equipo y salvar las carencias defensivas. La próxima prueba será el domingo ante Croacia, seguramente con ambos madridistas sobre el césped y esperando a De Bruyne, en plena recuperación del golpe que recibió en la final de la Champions. Será un equipo algo más parecido a lo que Roberto Martínez expondrá en la Eurocopa.