Leganés o cuando tu eterno enemigo es espejo para ascender
El Getafe fue el último tercer clasificado que subió a Primera en playoff. En la última década, el tercero o asciende a Primera, o es eliminado en primera ronda.
El Leganés ha terminado la temporada regular como tercer clasificado. Maldición a la vista. Porque dice el tópico de la Segunda División que los ascensos en playoff suelen ser cosa de los que llegan con más impulso. De los que terminan la temporada más enchufados por engancharse al final del campeonato a los puestos de privilegio. "Dirán que el tercero no sube... pero nosotros queremos ser terceros", avisó ya en su día Garitano. Una verdad a medias que en Butarque pretenden evitar. Y el mejor espejo para conseguirlo luce los colores del eterno enemigo.
Getafe, el ejemplo del Leganés
El último tercer clasificado que ascendió a Primera División dista de Butarque a siete kilómetros de distancia. El Getafe de Bordalás logró regatear el mal de ojo y subió tras no conseguir ninguna de las dos plazas de ascenso directo. El ejemplo es perfecto para el Leganés.
Primero, porque los azulones retornaron a la élite sólo un curso después de haber perdido la categoría (como pretende ahora el Leganés) y, segundo, porque lo hicieron después de un relevo en el banquillo (como sucedió en el Leganés). Claro que Esnaider duró bastante menos (apenas siete jornadas) que lo que dirigió Martí al Leganés (21 partidos). El técnico mallorquín fue, por cierto, el preparador del Tenerife contra el que el Getafe de Bordalás logró el ascenso en la final del playoff. El destino lanzando guiños a Butarque, mientras la historia conspira en su contra.
Enfermería o puerta grande
Porque un vistazo histórico a la última década enfría el optimismo pepinero. Sucede que en esos diez años los terceros clasificados han vivido en los extremos. Tres lograron ascender a Primera. Fueron el propio Getafe (2017), Almería (2013) y Real Valladolid (2012). Llamativo resulta que entre el caso de los azulones y el de los andaluces distaron cuatro temporadas. De ahí se concluye que, lejos de ser norma, el caso madrileño fue excepción.
Anomalía que se apoya en otro dato. En la última década, el tercer clasificado siempre cayó en la semifinal del playoff (hasta en cinco ocasiones) salvo en el caso de los tres ejemplos anteriores. Así que, de cumplirse el vaticinio, al Leganés le espera una promoción de ascenso con puerta grande o enfermería: o ascenso o eliminación a las primeras de cambio.
¿Cómo se reparten los últimos ascensos?
Por cierto, que en esta perspectiva hay dos temporadas que no computan toda vez que en la 2013-2014 y en la 2010-2011 el tercer clasificado no jugó playoff por ser filial de un equipo de Primera. El Barcelona B ocupó en ambos casos una plaza de privilegio que, sin embargo, no le dio opción legal de competir por el ascenso. De ahí que no entren en estos cálculos.
Así las cosas, en la última década el vaticinio de que los que se clasifican por los pelos para el playoff son los que ascienden se ha reforzado: el 5º clasificado ha subido tres veces, al igual que el 3er clasificado. Dos veces lo hizo el 6º, una el 7º (el Córdoba se aprovechó de una de esas buenas campañas del Barça B) y apenas una el 4º clasificado.