Nadie contaba en El Molinón con el peor día de Diego Mariño
Dos errores del portero en disparos de Aketxe condenan a un Sporting incapaz de hacer a un Almería que fue mejor que los rojiblancos todo el partido.
Dos goles de Aketxe en sendos errores monumentales de Diego Mariño condenaron al Sporting a seguir un año más en Segunda a pesar de que el Lugo hizo los deberes en Vallecas. Necesitaba ganar el equipo de David Gallego pero fue incapaz de hacer un gol al Almería y se encontró, además, con el peor día de su portero. Nadie contaba con los errores de Mariño.
Al margen de los fallos del meta gallego, el Almería fue sencillamente mejor. El equipo de Rubi tuvo un partido tranquilo ante un rival atenazado por los nervios y presionado más aún por la presencia de su afición en las gradas. Al final del partido todos los protagonistas, incluido el árbitro, intentaron consolar a un portero que fue el héroe del Sporting en numerosas tardes.
Con 0-0 en el marcador, Fernando solo había pasado por dos momentos de apuro. El primero en un tiro de Aitor alto (6’) y en un disparo de Djuka en el primer minuto de la segunda parte, que desvió a córner. Ahí se acabó toda la pólvora de los locales que se fueron al descanso conociendo el triunfo momentáneo del Lugo ante el Rayo; es decir, solo les hacía falta un gol para poner la balanza del playoff a su favor.
Pero no fue así, el Almería jugó con cierta comodidad en numerosas fases del partido porque la presión del Sporting no fue la adecuada para cuanto se jugaba. El conjunto andaluz tuvo mayor posesión del balón, incluso en el campo rival, aunque no disfrutó de grandes ocasiones para marcar. Solo al final pudo llegar el 0-3 en un mano a mano de Brian Rodríguez con Mariño, pero el toque del delantero se fue un poco desviado.
En el Sporting, con 0-1 en el marcador, David Gallego decidió apostar por dos atacantes puros: Víctor Campuzano y Nicola Cumic. Ellos ofrecieron lo mejor del equipo en ataque o, al menos, protagonizaron los momentos de mayor agobio para la portería del Almería en una alocada recta final del encuentro para los sportinguistas con todo ya perdido. Ya era muy tarde.