El Sabadell llega vivo a la última jornada
La victoria ante una Ponferradina que no se jugaba nada mantiene vivas las esperanzas de los arlequinados.
El Sabadell, con sufrimiento y merecimiento, llega vivo a la última jornada. Lo tendrá aún complicado, pero puede salvarse. Y puede lograrlo gracias a que perdieron varios de sus rivales, pero sobre todo porque ganó a la Ponfe. Se adelantó en la primera parte, sufrió en la segunda, pero aseguró los tres puntos. Hay margen para el milagro.
El Sabadell, como casi siempre, se encontró más cómodo con el balón que sin él. Algunos errores de Undabarrena pudieron costarles un disgusto, pero la Ponferradina no los aprovechó. Apenas probó a Mackay, que no tuvo que hacer ninguna intervención de mérito en la primera parte. Tampoco Caro, que nada pudo hacer en el gol local. Édgar salió a recibir un saque de banda y, con un centro magnífico, habilitó a Adri Cuevas para que conectara un remate de cabeza inapelable.
El gol, como es lógico, le sentó bien al Sabadell. Adelantarse en el marcador para un equipo en una situación límite como la de los arlequinados acostumbra a disipar, al menos, una parte de las dudas. La Ponfe trató siempre de complicar la salida organizada del Sabadell, pero no profundizó en ataque. Paris Adot tuvo demasiado trabajo con Cornud como para pensar mucho en atacar mientras que Yuri prácticamente no entró en contacto con el balón. Y antes del descanso, el 2-0. Néstor, por la izquierda, puso un excelente balón para que Stoichkov superara a Caro. El partido, completamente de cara para los arlequinados.
Pese al resultado la primera parte de la Ponferradina no fue mala. O al menos no mucho peor que la del Sabadell. Sin nada que perder, ni en el partido ni en la temporada, Bolo hizo cambios ofensivos y su equipo dio un paso al frente. Y otro atrás el Sabadell, en una situación crítica y con dos goles a favor. Empezaron a sufrir los arlequinados con una serie de córners a la hora de partido, pero poco más se le puede pedir a un equipo al borde del desahucio. Lo importante era sumar, el cómo era más secundario que nunca.
Pudo Édgar acabar con el sufrimiento con una vaselina tras un desastroso córner a favor de la Ponfe, pero el balón se estrelló en la base del poste alargando el nerviosismo del Sabadell. La Ponferradina vivió en campo contrario en los últimos minutos, sin ocasiones muy claras, pero rondando siempre la portería del Sabadell. Hidalgo metió a Capó por Édgar, un central por un delantero, dispuesto a aguantar la ventaja 13 minutos más. Y lo logró. La mitad del milagro está ya obrado. Ahora queda la otra mitad en la próxima jornada.