Agitación por las gradas
Juan Miguel Bernat, psicólogo del Levante, analiza en AS el efecto del público, que vuelve a los estadios, en los jugadores y la importancia de trabajar la mente.
Entre los primeros recuerdos del fútbol para muchas generaciones es la primera vez que fue a ver a su equipo al estadio. La compañía, el escenario, el previo, el durante y el postpartido son varias de las fases de una liturgia que muchos aficionados cumplían con devoción cada fin de semana. Algo que describe a la perfección Nick Hornby en su libro Fiebre en las gradas. Pero toda esa ceremonia se vio truncada con la pandemia del COVID. Para salvar la industria del fútbol se tuvo que sacrificar al aficionado para crear una burbuja. Pero ahora, con el ritmo de vacunación acelerado y la caída de la incidencia acumulada de positivos, los aficionados muy poco a poco vuelven a poblar los campos. Eso sí, cumpliendo un férreo protocolo elaborado por LaLiga (entranadas nominales, tomas de temperatura, horarios de entrada, normas para la ubicación del aficionado...).
Los clubes tuvieron que echar mano de sus psicólogos para que los futbolistas se adaptaran al silencio de las gradas. Y ahora vuelven a recurrir a ellos para que la transición a su vuelta no les afecte negativamente. "Hay jugadores que tienen un perfil de activación bajo y la presencia de público se la sube, afectándole de manera positiva. Pero hay a otros que le sobrepasa, sufren una sobreactivación llevándole a precipitarse, tener miedo y presión o incluso paralizarse. Lo que les dejaría con una presión muscular que le lleva a no tener un juego fluido", apunta Juan Miguel Bernat, psicólogo del Levante.
No contar con el respaldo de la afición ha llevado a que el porcentaje de victorias locales haya caído respecto a las cifras previas a la pandemia. Si con público el 48% de las victorias eran locales y el 24% de los visitantes; esta temporada las 36 jornadas que se han jugado a puerta cerrada ha dejado un balance del 41% de triunfo para los anfitriones (un 7% menos) y un 29% para los que jugaban a domicilio (5% más). El fin de semana pasado, el primero con público, de los cinco partidos con aforo reducido, cuatro se saldaron con victoria local.
Bernat, que asegura que el 90% de la plantilla granota acude a citas individuales, apunta a que el público afecta en dos aspectos psicológicos: "La activación (energía con la que se entra al campo) y la confianza. El trabajo desde la temporada pasada era para que los jugadores se activasen sin el público, ahora nos centramos en lo contrario. La presencia de público puede generar un exceso de activación, superando el nivel óptimo de activación (NOA). Lo bueno es que se trabaja en la misma variable, el ritmo de respiración, la tensión muscular y el ritmo cardíaco. Hay jugadores sobreactivados que tras dos carreras se ahogan. También influye la confianza. Si uno se ve con capacidad de afrontar el reto, con público se crece; pero si tiene dudas puede perjudicarle y tener miedo al error".
"El enfado tiene una activación alta y la tristeza baja. La principal herramienta es el control del pensamiento, la comunicación no verbal y la activación, que se puede controlar con la respiración. Si controlamos la respiración, controlaremos la situación emocional", añade Bernat. Por ello, en el Levante tienen atado todo lo que afecta a la mente: "Hablamos con el departamento que controla el juego de luces y la música del estadio. Cuando salían al campo poníamos una canción de Audiomachine. El clima ayuda a los jugadores".
La preparación mental para la pelea por el título y la salvación
La parte psicológica es tan importante que hasta Simeone recurrió a ella en la remontada del Atlético ante el Osasuna la pasada jornada. "No pierdan la cabeza. Vamos a estar fuertes de cabeza", gritaba el técnico. Los rojiblancos lograron dar la vuelta al marcador y sumar tres puntos vitales para la pelea por el título.
Bernat da las claves para los futbolistas que peleen en la última jornada por el título o el descenso: "Lo que te lleve al futuro o anticipe lo que va a pasar no es bueno. Hay que centrarse en el campo para evitar entrar en pánico. Extrapolo para eso la técnica del ejército inglés en maniobras de secuestro. Si piensan que les van a torturar o matar entran en pánico, por eso les piden que al ser atrapados piensen en cuánta gente hay, quién es el jefe, contar giros a la derecha e izquierda cuando están siendo trasladados en coche...Se puede extrapolar al fútbol, te llenas con todos los estímulos del campo y evitar pensar en lo que va a pasar si fallas la siguientes o si vas a ganar o perder el título, descender…".