FINAL COPA ITALIA | ATALANTA 1 - JUVENTUS 2
La Juve renace en la Copa
Los bianconeri derrotaron a una gran Atalanta gracias a los goles de Kulusevski y Chiesa. Es el segundo título para Pirlo y el último para Buffon, que fue titular.
La Juventus puede cerrar el curso más triste y difícil de la última década con una sonrisa. Gracias a una gran actuación después de 90 minutos muy intensos, la Vecchia Signora levantó su Copa italiana número 14, batiendo al Atalanta, que sigue su sequía de triunfos, larga 58 años. Es el segundo título para Pirlo, que el domingo también puede conquistar el pase a la Champions, y el último (22) de Gigi Buffon, que fue titular. Cristiano no marcó, pero ya tiene en su palmarés el único trofeo italiano que le faltaba.
La Dea empezó con más ímpetu, encerrando en su mitad de campo a los turineses y causando varios errores de su zaga, que no supieron aprovechar. Zapata rozó el 1-0 varias veces, Pessina pidió un penalti por un choque con Rabiot y Freuler asustó a Buffon con un remate cruzado.
En su peor momento, sin embargo, la Juve abrió la lata gracias a la sorpresa de Pirlo en el once: Kulusevski. El sueco fue titular en lugar de Dybala y, en el 30', terminó un contragolpe (empezado con una dura entrada de Cuadrado sobre Gosens) con una preciosa rosca desde el límite del área. El gol no cambió la actitud del Atalanta, que siguió atacando y puso merecidamente las tablas con un latigazo de Malinovskyi a pase de Hateboer, pero el descanso revolucionó totalmente el partido.
En la segunda parte saltó al campo, quizás, la mejor Juve de esta temporada. Los bianconeri sumaron ocasiones con todos sus delanteros y en el 72' Chiesa, que poco antes había golpeado el poste y estaba a punto de dejar el campo, combinó con Kulusevski, penetró en el área y marcó el 2-1. A partir de entonces se notó, y mucho, la diferencia de experiencia entre los conjuntos. El Atalanta se agobió y no conseguía crear peligro a pesar de haber reforzado su delantera con Muriel, Ilicic y Pasalic. La Juve gestionó el tramo final sin despeinarse, cerrando líneas y esperando que pasara el tiempo. Un título merecido que celebró con sus tifosi, los ganadores de la noche. Gracias a sus 4300 voces, vivimos por fin un partido de verdad.