La Ponferradina pagó los platos rotos del Espanyol

El cabreo de Vicente Moreno tras la derrota ante el Cartagena cuajó en los jugadores del Espanyol, que saltaron a El Toralín con intención de no dejarse sorprender por la Ponferradina y dejaron el partido visto para sentencia en ocho minutos. Los bercianos pagaron los platos rotos del fin de semana y se quedan sin las pocas opciones que les quedaban de alcanzar el playoff de ascenso.

Los pericos tardaron once segundos en adelantarse en el marcador, los que tardó Vargas en recorrer medio campo con el balón y cederlo para Pedrosa, que la puso en el área para que Dimata rematara ajustado al poste el 0-1. En la siguiente llegada del Espanyol, un penalti de Pablo Valcarce se encargó de convertirlo Puado en el segundo y ahí fue cuando los de Moreno decidieron que la Deportiva también podía jugar.

Los bercianos, bien por el susto, bien por la intensidad del rival, apenas podían hacer algo más que mover el balón en horizontal buscando huecos que no aparecían. Las intentonas de los de Bolo llegaron a balón parado en los pies de Ríos Reina, que lo intentó primero con un córner directo y después estrelló la pelota en el larguero en una falta directa.

Mientras tanto, el Espanyol seguía lanzando zarpazos con Darder moviendo al equipo y Vargas entrando como un puñal por las dos bandas. Manu García tuvo que hacer su magia en dos ocasiones ante Dimata y el propio Vargas para evitar que el marcador fuera escandaloso al descanso.

La Deportiva volvió al campo dispuesta a demostrar que tiene más de lo que había demostrado en la primera mitad y Ríos Reina volvió a obligar a lucirse a Oier antes de que Darder, de forma involuntaria, desviara al interior de su portería un remate de Sielva. Pero la alegría le duró poco a los bercianos, ya que el Espanyol volvió a pisar el acelerador y la enésima internada de Vargas la cabeceó Dimata a gol para devolver la ventaja de dos para los pericos.

Por si la superioridad del rival fuera poco, la Deportiva vio cómo justo después de agotar los cambios, Manu caía lesionado de su rodilla y tenía que aguantar la última media hora con un aparatoso vendaje en la articulación y una visible cojera que no le impidieron responder de forma heroica a un par de remates, aunque nada pudo hacer para evitar el cuarto, obra de Nico ya en el descuento.