Salto al vacío
Messi puede jugar su último partido en el Camp Nou. Las opciones al título y de meterse en Europa están hoy en juego pero en los dos casos son muy remotas.
Va tan rápido la vida, ha ido tan rápido LaLiga, que muchos repararán hoy en que Leo Messi, el mejor jugador de la historia del club, podría vestir por última vez la camiseta del Barça en el Camp Nou. 777 partidos, 671 goles y 304 asistencias después de su debut en 2004, juega contra el Celta sin haber dicho esta boca es mía pese a que su contrato expira el 30 de junio. Siempre según su entorno, incluso podría marcharse a la Copa América sin haber tomado una decisión definitiva (sigue el partido en directo en As.com).
Messi ha sido tan grande que, por más que todo el mundo tenga la sensación-esperanza de que se va a quedar, la simple posibilidad de que pueda ser su último día le quita el foco al Barça-Celta y, especialmente, al banquillo azulgrana, donde Koeman no sabe demasiado bien si está firme o se tambalea, aunque empieza a sospechar lo segundo. Laporta, que ha adoptado una posición misteriosa y enigmática desde que accedió a la presidencia, juega con los tiempos en una posición muy discutible con alguien que es una leyenda del club.
En Vigo, como dice Brais, están con la "flechita para arriba". Subido a la Chachoneta, el Celta de los jugones ha dado buenos ratos de fútbol, con Denis instalado en una posición más retrasada que le permite ver con más tranquilidad el juego. Y luego, con Nolito, Brais, Aspas y Mina, gente que, cuando siente la inspiración, es temible.
No está De Jong en el Barça, que sufrirá en la sala de máquinas porque Pedri está agotado y Busquets juega aún bajo cierto efecto del golpe que se llevó con Savic. Koeman no sabe si insistir con los tres centrales o cambiar a la defensa de cuatro para agradar al jefe. Igual no quedaría muy convincente. Posiblemente, Barça y Celta se quedarán esta tarde sin opciones de ganar LaLiga y de ir a Europa, respectivamente, pero tienen motivos para no dejarse llevar. Eso, y lo que diga Messi. Si es que hoy jugase su último partido con el Barça 16 años y medio después, la entidad saltaría al vacío.