El Algeciras de Salva Ballesta pisa fuerte en su camino a Segunda

El Sanse-Algeciras daba el pistoletazo de salida a la liguilla de ascenso a LaLiga Smartbank. Ambos conjuntos llegaban con la ilusión de pasar a esa ansiada final que decantará a los nuevos inquilinos de la Segunda División en la temporada 2021-22. Finalmente fue el Algeciras de Salva Ballesta el que se impuso con rotundidad ante un Sanse que pecó de perdonar de cara a gol. El temprano gol de Llinares en el minuto 2, el tanto de Álvaro Romero en el 52’ y el gol de penalti de Raúl en el 57’ dejaron invalidado el solitario gol del Sanse obra de Marcelo en el 23’. Cinco minutos necesitó el Algeciras para dejar fuera del sueño del ascenso a los de Marcos Jiménez, que pelearon hasta el último segundo, pero sin éxito.

El partido comenzó con mucha intensidad y el Algeciras fue el que encontró recompensa en tan solo dos minutos. Los de Salva Ballesta se adelantaron rápidamente con un gol de Llinares en el minuto 2. Raúl fue el que comenzó la jugada de ataque combinando con Alcázar, que le devolvió el esférico para centrar y dar la asistencia a su compañero Llinares, que irrumpió en el área y remató sin piedad desatando la locura de todos los algeciristas.

Tan solo cinco minutos después el conjunto madrileño asustó a la defensa del Algeciras. Una jugada individual de Jime por banda derecha finalizó con un centro al área que el capitán del Sanse, Fer Ruiz, envió fuera del terreno de juego al intentar un remate de chilena.

El Algeciras siguió intentándolo y en el 13’ Raúl estuvo listo al robar un balón de Fer Ruiz para su portero, Felipe, pero el esférico salió desviado, probablemente, fruto de los nervios al ver tan cerca el gol. Desaprovechó Raúl una buena ocasión para aumentar las distancias en el marcador.

Y como ya sabemos, en el fútbol quien perdona de cara a gol es castigado. En el 24’ el Sanse encontró el premio por no darse por vencido. Aprovecharon los de Marcos Jiménez algunas de sus virtudes, el balón parado y el juego aéreo. Miquel lanzó un saque de esquina que Marcelo remató a gol entre el desconcierto de la defensa del Algeciras subiendo el empate 1-1 al marcador.

Con el empate y varias ocasiones para ambos equipos en las que pudieron desequilibrar el marcador se llegó finalmente al descanso. Los de Ballesta pegaron primero con un temprano gol de Llinares y los de Jiménez igualaron el partido con el tanto de Marcelo. En la segunda parte ambos técnicos mantuvieron sus apuestas sobre el terreno de juego.

El Algeciras volvió a ser protagonista de los primeros minutos de la segunda parte realizando un asedio constante a la portería defendida por Felipe. Como no podía ser de otra manera, el conjunto gaditano logró sacar el máximo rendimiento a esa intensidad y en tan solo cinco minutos volcó el marcador a su favor. En el 52’ Raúl se fue del mundo desde el centro del campo hasta combinar con su compañero Almenara, que desde la banda izquierda puso el centro que Álvaro Romero no dudó en enviar al fondo de la red subiendo el 1-2 al marcador. Pero ahí no quedaría la cosa, el Algeciras, necesitado de asegurar la victoria, puso el 1-3 desde el punto de penalti. El árbitro señaló la pena máxima por una mano dentro del área de Fomeyem, que vio la tarjeta amarilla, y Raúl lo transformó. Una diferencia de dos goles que ponía algo de mesura en el conjunto algecirista.

Llegó el momento del Sanse, el conjunto madrileño, por detrás en el marcador, estaba obligado a apostar y a hacer algo diferente para volver a nivelar el encuentro. Con la presión sobre sus hombros, los jugadores del Sanse volcaron el campo y el asedio que antes protagonizó el Algeciras en la portería de Felipe, ahora se había trasladado a la portería de Vallejo. Fueron varios los disparos de los de Jiménez, pero no lograban encontrar premio. El que más cerca estuvo fue Arturo con un remate de cabeza, pero el balón salió desviado.

En el tiempo de prolongación, seis minutos, poco se jugó al fútbol, los jugadores del Algeciras sufrían calambres en sus piernas a cada tanto mientras que el Sanse se desesperaba. Los últimos minutos provocaron una tensión en el campo y en los banquillos que terminó con la amonestación del segundo entrenador del Sanse, Mario Fuentes, y del entrenador del Algeciras, Salva Ballesta.

Con el pitido final, y el 1-3 en el marcador, se desató la locura en el banquillo del Algeciras y en la grada. Los 432 aficionados privilegiados del Algeciras que alentaron a los suyos todo el encuentro saltaban y gritaban emocionados al ver aún más cerca ese ansiado regreso a Segunda División. Una categoría que abandonaron en la temporada 2003-04 que ahora tienen a un solo partido de distancia. El Algeciras sigue soñando.