"Van de cacería a por mí"
Hazard terminó el partido ante el Granada muy preocupado por la dureza excesiva con la que los rivales se emplean para frenarle.
En el seno del Madrid empiezan a ver con preocupación que el jugador sonríe cada vez menos, lo cual, evidentemente, puede repercutir negativamente en su recuperación. Siendo un jugador muy hábil para el regate y para marcharse en espacios cortos, es muy frecuente ver que los rivales van al suelo para pararle, y el belga siente cada una de esas acciones como un riesgo serio para la recuperación de su tobillo operado. Un hándicap importante para volver a ver al Hazard de siempre.
Lo cierto es que Hazard lucha por ser el fichaje estrella que el Madrid hizo hace dos veranos, cuando llegó del Chelsea por 100 millones de euros. Las lesiones no le han permitido desarrollar su juego y, cuando parecía que veía la luz al final del túnel en este tramo final, el juego no le está acompañando. Hay parte del vestuario (plantilla y cuerpo técnico) que empieza a pensar que esa dureza en el juego a la que Hazard se ve sometido puede tener algo que ver en las dificultades que está teniendo.
Hazard fue operado en el tobillo derecho el pasado 5 de marzo de 2020 en Dallas después de una entrada de su compatriota Meunier. Una cirugía delicada, pues ahí el belga ya tenía implantada una placa de titanio desde junio de 2017. Desde entonces, las lesiones han sido muy frecuentes en el futbolista, hasta el punto de que esta campaña, por ejemplo, sólo ha podido jugar 20 partidos (de ellos, titular en 11), en los que ha marcado cuatro goles. Al terminar el encuentro ante el Granada se fue cojeando ostensiblemente. Esta vez, por una dura entrada. Y al belga, hasta que se vuelva a sentir fuerte, le cuesta sobreponerse a sentirse en peligro cuando salta al campo.