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ATLÉTICO DE MADRID

Un abrazo que cambió a Correa

El argentino se marchó hundido del Benito Villamarín por una ocasión final sin éxito, pero desde entonces suma cuatro goles y una asistencia.

Simeone abraza a Ángel Correa.
Toni RodriguezDIARIO AS

"Me da bronca que Correa no pueda hacer el gol con lo que participa en los ataques del equipo, generando peligro y está en una etapa donde no la puede meter. Si sigue así, llegará el gol, porque la vida y fútbol es trabajo y un día paga, ojalá tenga lo que se merece que es el gol". Eran las palabras de Simeone tras el empate en el Benito Villamarín, donde su compatriota había tenido en sus botas el tanto de la victoria ante el Betis en los últimos instantes del partido.

No llegó el gol en ese partido, pero el trabajo ha acabado pagando a Correa. Desde aquel encuentro, donde se marchó hundido recibiendo el apoyo y el cariño de su entrenador en forma de abrazo y el refuerzo de sus compañeros, se ha visto a un Correa resolutivo de cara a puerta y que se ha echado la responsabilidad a la espalda durante la ausencia de Suárez y las dificultades para marcar del uruguayo en su vuelta. El '10' consiguió ante la Real Sociedad su octavo gol en Liga de la temporada y el cuarto en los últimos seis partidos, todos ellos en el Wanda Metropolitano. También sumó una asistencia en su partidazo contra el Eibar, donde ejerció como punta de ataque.

Simeone está explotando su polivalencia según las necesidades del equipo, y en los partidos que no estuvo Suárez le situó como referencia arriba. Con el uruguayo de vuelta, ha regresado a su labor de trabajo y desborde tirado a la banda derecha, un martillo pilón por su constante movimiento y presión ante la defensa rival. Parecía que se caería del once en el Camp Nou, pero volvió a ser de la partida porque cuando el equipo rojiblanco quiere morder arriba es el más indicado para incomodar la salida de balón, como hizo ante la Real dando constantes dolores de cabeza a Sagnan.

En ese encuentro definió a la perfección un balón medido de Suárez al espacio para hacer el 2-0 momentáneo en un triunfo con sufrimiento final que acerca al Atlético al título de Liga. Titular en los últimos diez partidos, Correa es el único jugador de campo que ha participado en los 36 partidos de Liga (también lo ha hecho Oblak). Además de los ocho tantos conseguidos por el argentino, añade ocho asistencias, lo que le convierten en el tercer máximo goleador del equipo en Liga tras Suárez (19 goles) y Llorente (12) y en el segundo máximo asistente después de Llorente (11) y empatado con Carrasco.

Quedó atrás una parte de la temporada donde le costaba la definición (ante Levante, Sevilla o Betis) y Correa está lleno de confianza. Se ha convertido en uno de los jugadores rojiblancos más importantes en este final de curso. La fuerza mental en los momentos de dificultad unida a seguir trabajando, esperando su momento, que ha llegado con gran influencia en el fútbol ofensivo del Atlético. Con su gran entendimiento con Llorente y Trippier el conjunto rojiblanco ha convertido su banda derecha en un peligro constante. Es el momento de Correa, que no quiere que se escape esta oportunidad de hacerse con el título.